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Entrevista a Javier Sánchez Huerta, CEO de Penta Health.
Penta Health es una empresa española dedicada a mejorar la calidad de vida de las personas mayores en residencias y centros de día. Su misión es transformar estos espacios en verdaderos hogares donde los residentes puedan disfrutar de la compañía de sus seres queridos y desarrollar sus habilidades cognitivas de manera motivadora y natural. Para lograrlo, han desarrollado la Pantalla Neuroactiva, un dispositivo portátil e interactivo que facilita la rehabilitación física y cognitiva sin que los usuarios lo perciban como un esfuerzo forzado. Hablamos con su CEO, Javier Sánchez Huerta.
La familia. Mi tía es paralítica cerebral y desde siempre mis abuelos han tratado de darle estímulos para retrasar un deterioro cognitivo inminente. Globos, instrumentos, música, imágenes… Estos estímulos, generalmente tecnológicos, se traducían en reacciones positivas y alegría, pero destacaban aquellos que despertaban recuerdos. La música de Abba, los programas de Miliki. Despertaban en ella algo, que solo ella entendía.
Pero ¿y qué tienen que ver las personas mayores en esto? Lo más importante en el mundo de la salud es la prevención. Ya lo dice el refrán (por cierto, hay una aplicación del refranero español en la pantalla): “mejor prevenir que curar”. A una persona con parálisis cerebral, estos estímulos le sirven para ralentizar el deterioro, alargar lo máximo en el tiempo estas capacidades. Pero, ¿y si pudiésemos ralentizarlo incluso antes de que suceda? Necesitábamos crear algo que funcionase en ambos casos.
Algo que convirtiese las residencias y centros de día en espacios acogedores, donde las personas mayores puedan experimentar una rehabilitación física y cognitiva en un entorno personalizado, motivador y no invasivo. Identificamos la falta de tecnología efectiva en este ámbito y ahí empezó todo.
Podríamos dividirlas en tres grupos. En primer lugar, una evidente falta de personalización, ya que los dispositivos existentes no se adaptaban de manera integral a las capacidades cognitivas y motrices individuales de los usuarios, y muchos de ellos estaban infantilizados. Esto conlleva una carencia de interactividad motivadora, porque además de no estar adaptadas al usuario, muchas herramientas carecían de elementos interactivos que fomentaran la motivación y el compromiso del usuario a largo plazo.
Por otro lado, la gran inversión de tiempo en preparación de actividades, porque el tiempo invertido en la preparación de las actividades era tal que en muchas ocasiones la duración de los ejercicios en sí se veía reducida drásticamente. Las personas profesionales de este ámbito destacan por cómo son con los usuarios, por cómo plantean las sesiones y cómo las desarrollan, y es ahí donde se puede exprimir el máximo potencial. Con la pantalla se reduce considerablemente la inversión de tiempo en preparación.
Por último, una escasa integración tecnológica, ya que la rehabilitación cognitiva y física dependía mayoritariamente de métodos tradicionales, sin aprovechar las posibilidades de la tecnología moderna para ofrecer experiencias más efectivas, multidisciplinares y atractivas para todos los usuarios.
La pantalla neuroactiva combina diferentes tecnologías que se retroalimentan entre sí y la convierten en un dispositivo único. La tecnología más diferencial es el software específico de rehabilitación cognitiva, trabajado con profesionales de la terapia ocupacional, psicología y fisioterapia, cada aplicación tiene una tecnología orientada de forma particular a trabajar una función del cerebro. Además, la relación que tenemos con los profesionales de cada centro nos permite lanzar aplicaciones que sabemos que funcionan, porque ellos mismos las proponen.
En cuanto a tecnologías concretas, podemos empezar hablando de los sensores táctiles infrarrojos, que permiten una reactividad instantánea y diferentes puntos de tactilidad simultáneos, permitiendo a varios usuarios trabajar al mismo tiempo. Del mismo modo, esto permite que haya una pantalla protectora contra golpes y líquidos. Como no podía ser de otro modo, también tiene Inteligencia Artificial integrada, permitiendo la personalización del contenido en tiempo real, ajustando la dificultad para evitar la frustración (muy difícil) o el aburrimiento (muy fácil).
Un punto muy destacado de la pantalla por todos los centros donde ya está integrada es su interfaz amigable e intuitiva, diseñada específicamente para personas mayores y usuarios con limitaciones físicas o cognitivas, sin llegar a la infantilización y sin ser estigmatizante. Además, el hecho de que el sistema se inicie automáticamente, nada más encenderla y que no sea necesaria una conexión a internet, facilita mucho la autonomía de los usuarios.
No obstante, donde más destaca en cuanto a adaptabilidad es en el sistema hidráulico, que hace de la pantalla una mesa o una pizarra, pudiendo orientarse horizontal y verticalmente, adaptada a quien la utilice. Esto permite que personas en silla de ruedas puedan utilizar la pantalla a una altura muy cómoda, así como aquellas personas que necesitan estar sentadas. También puede desplazarse de un lado a otro con ruedas de forma muy sencilla.
Somos conscientes de que cada persona es un mundo. Por ello, aunque para garantizar la facilidad de uso de la pantalla muchas aplicaciones están limitadas, hay otras donde el contenido es totalmente personalizable. Con un dispositivo USB se pueden conectar fotografías de actividades o familiares de los residentes, integrándose directamente dentro de las aplicaciones que lo permiten.
Del mismo modo, esta personalización de contenido terapéutico ya involucra todas las aplicaciones de la pantalla, ya que la variedad de opciones permite ajustar los gustos a todos los usuarios. Además, si hay algo concreto que gusta mucho a los residentes, podemos hacer una aplicación personalizada. Por ejemplo, una terapeuta ocupacional nos contó que un juego de adivinar famosos funcionaba muy bien en su residencia. Ese mismo mes, ya teníamos el juego de FAMOSOS dentro de la pantalla.
Les encanta. Terapia ocupacional, psicología, fisioterapia, logopedia, trabajo social, animadoras… Son algunos de los perfiles con los que trato con los temas de la pantalla y, afortunadamente, están encantados. Me comentan que es una herramienta que les facilita la preparación de actividades, ahorrando muchísimo tiempo y pudiendo volcarse en lo verdaderamente importante: los residentes. Además, les permite variar los ejercicios en función de la respuesta de los residentes y adaptarlos a cada perfil.
Particularmente me encanta hablar con este perfil de profesionales, porque son los más entusiasmados con la pantalla y comparto ese entusiasmo. Pero también son los directores de los centros los que me trasladan un buen feedback, por la reacción que tienen las familias con la pantalla o por cómo ven que los mismos residentes de forma independiente la utilizan. Es increíble ver que funciona, que la utilizan en el día a día y que no la tienen apartada, la disfrutan y cumple su función cognitiva.
Como he mencionado anteriormente, los profesionales de más de 20 centros donde tenemos la pantalla son nuestros mejores prescriptores. No obstante, en la Residencia San Jerónimo, nos dejaron hablar con residentes y, en concreto, pudimos entrevistar a Reme y Fina, quienes utilizan habitualmente la pantalla neuroactiva.
Además de algunas peticiones que estamos desarrollando para ellas, como por ejemplo una aplicación concreta de Estella, el pueblo en el que viven, para identificar lugares donde han crecido, nos dijeron las cosas que más disfrutaban con la pantalla. La frase más destacada la dijo Fina, afirmando rotundamente que era fácil de utilizar, que no era como un móvil o un ordenador que les había cogido muy tarde. Era muy intuitiva y podían manejarse sin ningún problema.
Reme, por otro lado, contó su experiencia con alguna compañera residente, con mucho deterioro cognitivo y en silla de ruedas, que veía que el momento en el que estaban contentas era cuando podían jugar a explotar los globos de la pantalla con el puntero extensible. Vivir una sesión en directo y escucharlas fue algo único y que queremos repetir en todos los centros que podamos.
El principal foco de las actividades que se realizan en la pantalla se encuentra en retrasar el deterioro cognitivo lo máximo posible. Si lo hay, busca potenciar aquellas funciones motoras que contribuyen a la autoestima de los usuarios. Todas las aplicaciones están orientadas hacia unos objetivos comunes, aunque tengan variaciones y especificaciones particulares. Por ejemplo, todas las aplicaciones fomentan una mayor autonomía, ya que se pueden realizar de manera individual y, a medio y largo plazo, mejora las habilidades cognitivas y motrices.
Algunas apps trabajan con la memoria episódica, otras con la interacción social a través de juegos colaborativos, otras lo hacen con sonidos e imágenes… El objetivo final, además de una mejora cognitiva, es la reducción del aislamiento, los usuarios están más conectados entre ellos y con ellos mismos.
Diría que la tecnología, el software específico de los procesos cognitivos, pero eso nos lo pueden copiar y listo. Pensamos que la principal diferencia es que estamos en constante contacto con las profesionales de las residencias y centros de día, con terapeutas ocupacionales que nos dan feedback y que nos ayudan a mejorar. Hemos pasado de tener una gran tecnología a formar una gran comunidad, en la que todas las residencias se retroalimentan de actividades o propuestas de otras, y eso es lo realmente difícil de conseguir.
Además, en línea con esto, otro aspecto diferencial es que estamos completamente volcados con este producto. Yo mismo tengo en mi teléfono móvil y en mi ordenador personal acceso para dar soporte, porque sabemos que, por muy intuitiva y fácil de utilizar que sea, a cualquiera le pueden surgir dudas con la tecnología. He de decir que no hemos tenido más de dos casos de problemas, arreglados en cuestión de minutos, pero la línea de teléfono o mail está abierta para los profesionales que utilizan la pantalla y estamos abiertos a colaborar siempre.
Técnicamente, ya hemos integrado inteligencia artificial en algunas de las aplicaciones de la pantalla neuroactiva. Por ejemplo, en la aplicación GLOBOS, la regulación de dificultad se realiza de forma automática. Es decir, si el usuario está acertando todos los globos rojos, comenzarán a ir mucho más rápido y aparecerán globos de otros colores. Por el contrario, si no acierta ninguno, cada vez habrá más globos de color rojo e irán más despacio. Además, en aplicaciones como PAÍSES también se integra inteligencia artificial generativa para aumentar la base de datos de contenidos, así como en las traducciones a catalán y euskera.
Sin duda, de cara al futuro estamos completamente abiertos a nuevas tecnologías que puedan ser aplicables y que contribuyan a la mejora de la pantalla neuroactiva. Estamos desarrollando sistemas de monitorización de movimiento con dispositivos complementarios, conectados a la pantalla de forma inalámbrica e interactuando con el contenido, favoreciendo el área de fisioterapia, motivación y estimulación cognitiva.
Si algo hemos aprendido es que la tecnología, bien empleada, es el futuro. Si la sabemos orientar hacia un apartado cognitivo, teniendo en cuenta las voces de las personas que saben, de quienes la utilizan y de aquellos que la necesitan, vamos por buen camino. Si por el contrario nos limitamos a mejorar una tecnología pura y a seguir una ruta estigmatizante, tendremos un programa perfecto que nadie querrá utilizar.
Tenemos que ser conscientes del progreso de digitalización del sector y crecer conjuntamente, proponiendo y escuchando a las personas que conviven, día sí y día también, con el usuario final de la pantalla. Y hacerlo con un propósito, con una misión alineada con el gran trabajo que hacen profesionales de este ámbito. Porque todo lo que estamos construyendo ahora lo recibiremos en un futuro. Porque el futuro de nuestra rehabilitación y estimulación cognitiva depende de lo que hagamos hoy por nuestros mayores.