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Entre 2010 y 2020 el porcentaje de gasto total en I+D en España fue del 4,13% frente al 27,6% de Países Bajos o el 22,6% de Italia.
El cáncer es el principal problema sociosanitario a nivel mundial. Se estima que en nuestro país más de 280.000 personas fueron diagnosticadas de cáncer en el 2023, y la tendencia es que siga subiendo su incidencia. Se prevé un incremento del 3,05% en el 2025 y del 11,46% en el año 2030 (respecto al 2023). En España hay un diagnóstico de cáncer cada dos minutos y se calcula que para el 2030 habrá más de 300.000 casos nuevos.
“El objetivo es aumentar la tasa media de supervivencia que tenemos hoy, en torno a un 57%, y alcanzar el 70% de supervivencia en el 2030”, destaca Irene Sánchez, responsable de Innovación y Globalización de la Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer, socia de AseBio, con motivo de la celebración este 24 de septiembre del Día Mundial de la Investigación contra el Cáncer.
“La investigación es la mejor herramienta que tenemos para aumentar nuestro conocimiento sobre la enfermedad y que los investigadores puedan aportar nuevas opciones y tratamientos a los ya disponibles”, añade incidiendo en que “sin investigación no hay posibilidad de alcanzar estas cifras por ello es fundamental apoyar la investigación en todas sus fases. Y es que, sin investigación, no hay futuro en la cura del cáncer”.
En este sentido, la biotecnología juega un papel fundamental como motor que revoluciona los avances en biomedicina en el siglo XX. La biotecnología ha sido la impulsora de terapias innovadoras en cáncer y el desarrollo de nuevas tecnologías y enfoques del abordaje de la enfermedad. Estos avances se traducen en alcanzar un resultado que sea aplicable en pacientes oncológicos, con el fin de mejorar su bienestar y minimizar el impacto que supone la enfermedad, tanto para los pacientes, familiares e incluso, en el propio sistema de salud.
El 63% de la investigación del pipeline de AseBio (350 líneas de investigación de compañías nacionales y de multinacionales con filial en España) van dirigidos a buscar un tratamiento para el cáncer. Además, el 28% de los productos para diagnosticar enfermedades desarrolladas por nuestras compañías, van dirigidas al cáncer.
Nos encontramos en un escenario en el que la financiación es fundamental para que la investigación se traduzca en soluciones reales para los pacientes, pero que hoy, continúa suponiendo un gran desafío.
“La financiación de la investigación en cáncer en España presenta tanto avances como desafíos. En los últimos años, ha habido un incremento en la inversión pública y privada, lo que ha permitido el desarrollo de proyectos innovadores y la colaboración entre instituciones. Sin embargo, persisten problemas como la fragmentación de recursos y la necesidad de una mayor estabilidad en la financiación a largo plazo, incluyendo en este caso al talento investigador, los centros, institutos y hospitales además de las empresas”, explica Sánchez.
La responsable de Innovación y Globalización de la Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer pone de relieve la “intensa” competencia que existe por los fondos, además de una preocupante realidad: “Muchos investigadores se enfrentan a dificultades para obtener financiación suficiente para sus proyectos”.
En palabras de Sánchez, la fotografía que observamos sobre la financiación de la investigación en cáncer en España muestra un “compromiso creciente”, pero “se requiere una estrategia más coherente y sostenida para maximizar el impacto de la investigación en este ámbito”.
Si hablamos de cifras, entre 2010 y 2020 el porcentaje de gasto total en I+D en España fue del 4,13% frente al 27,6% de Países Bajos o el 22,6% de Italia, lo que posiciona a nuestro país como el de menor crecimiento del gasto en investigación. “Para corregir estas desigualdades es necesario aumentar la financiación y comprometerse a una estrategia a largo plazo, de lo contrario la brecha seguirá creciendo y nos alejaremos de los objetivos fijados tanto a nivel nacional, como europeo, lo que se traduciría en un riesgo para nuestra competitividad en el entorno académico y un estancamiento en la supervivencia”, defiende ya que “impulsar la investigación también es garantizar el acceso de todos los pacientes a los últimos avances en medicina, y mejorar la supervivencia y calidad de vida”.
Sánchez expone que asegurar una financiación constante en el sistema de I+D “es básico para cualquier área del conocimiento”. A pesar de esto, “hay que tener en cuenta que hablar de biomedicina, cáncer y sus notables avances en estos últimos tiempos, como por ejemplo las nuevas terapias celulares con CAR-t, TILs, es hablar de financiación de altísimo riesgo con resultados a largo plazo, y de grandes cantidades de dinero, pero que de otro modo no se podría avanzar en estas líneas tan prometedoras”.
En este sentido manifiesta que hay factores económicos, políticos y estructurales que dificultan una inversión continuada en el tiempo y en ocasiones incluso deficitaria. “Por ejemplo, afecta a la interrupción de proyectos, la ralentización en la obtención de resultados la escasez en la innovación y con ello de desarrollo de nuevas terapias, o fuga de talento. La inestabilidad que sufre la financiación en cáncer es un hecho que obstaculiza al ecosistema de investigación y por tanto al paciente de cáncer que necesita del desarrollo de nuevas terapias innovadoras para el bienestar del individuo”.
En comparación con otros países, Sánchez pone como como ejemplo a Estados Unidos que cuenta con una clara estrategia de investigación en cáncer con gran interés en estrategias de prevención “con programas de cribado en su iniciativa Cancer Moonshot lo que, de hecho, se traduce en un mayor apoyo a los investigadores y mejores resultados en supervivencia”. Corea es otro de los ejemplos compartidos: “Invierte un PIB del 4% en I+D y su supervivencia en cáncer ya supera el 70%. Sin olvidar el programa de la Comisión Europea Misión Cáncer en el cual participamos activamente como asesores en el grupo de trabajo que elabora las prioridades”.
“Tenemos grandes talentos en nuestro país y somos referentes en publicaciones científicas de alto impacto. Según datos del Informe Comprometidos con la Investigación en Cáncer, España es uno de los países del top 10 de publicaciones de alto impacto en cáncer, en España se hace una investigación de excelencia. Desde la Fundación Científica impulsamos la colaboración internacional de investigadores españoles a través de alianzas con Cancer Research UK (CRUK), la Fundazione per la Ricerca sul Cranco (AIRC) o el National Cancer Institute (NCI) con el objetivo de impulsar la investigación, contribuir a posicionar a España en el mundo científico, y conseguir alcanzar resultados más rápidamente”, concluye.