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Los lentigos, el melasma o las hiperpigmentaciones post inflamatorias se convierten en los “enemigos a batir” a la vuelta del verano. La Dra. Ana Rodríguez-Villa, directora de IMR Castellana y especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica, nos recomienda los activos, tratamientos y pautas más recomendables para eliminarlas con éxito.
Hacer frente a la rentrée tras las ansiadas vacaciones se convierte en un verdadero quebradero de cabeza para quienes tienen que lidiar con las manchas marrones. Activados por la exposición solar, los lentigos, el melasma o las hiperpigmentaciones post inflamatorias se convierten en los enemigos a batir durante los meses más fríos del año. La Dra. Ana Rodríguez-Villa de IMR, centro de dermatología de vanguardia, apuesta por una estrategia 360º donde el diagnóstico, una pauta cosmética personalizada y un tratamiento facial específico (láser, IPL, peeling...) se convierten en el santo grial para obtener los mejores resultados.
Los dermatólogos tenemos el ojo entrenado para poder hacer un diagnóstico adecuado de las hiperpigmentaciones, responde la Dra. Rodríguez-Villa. Sin embargo, añade, en el tratamiento de las manchas es importante ser muy precisos, ya que hay tratamientos que están completamente contraindicados según el tipo de pigmentación. Por ese motivo, en IMR se apoyan en un dispositivo de análisis facial que permite analizar al momento el tipo de mancha que presenta el paciente y sus características: profundidad, pigmentación, vascularización, localización o incluso visualizar aquellas que todavía no han salido a la superficie. Gracias a estos datos, se puede retrasar la aparición de manchas que todavía se encuentran a nivel profundo y eliminar las ya existentes con un tratamiento despigmentante específico.
A la vuelta del verano, tal y como explica la Dra. Ana Rodríguez-Villa, los lentigos, el melasma y las hiperpigmentaciones post inflamatorias se convierten en las principales preocupaciones frente al dermatólogo:
• Lentigos: manchas planas y de pequeño tamaño cuyo origen reside en la exposición solar excesiva. Suelen aparecer en personas mayores que han tomado el sol de forma crónica y principalmente en rostro, escote y dorso de las manos. Es importante diferenciar el lentigo solar del lentigo maligno melanoma, ya que el tratamiento es completamente diferente. En caso de malignidad habría que extirparlo en su totalidad y jamás habría que tratarlo con láser, explica la Dra. Rodríguez-Villa.
• Melasma: con un fuerte componente hormonal, suelen aparecer en mujeres de edad fértil o embarazadas y se activan con el sol. Se suelen localizar en el labio superior, la zona malar (mejillas) y la frente en forma de máculas marrones y suelen tener un color difuso, como una sombra. Es una patología rocosa, ya que una vez la hormona ha hecho que la mancha se produzca, deja al queratinocito marcado y siempre se manchará, lamentablemente, hasta que llegue la menopausia. En consulta realizamos un abordaje 360ª, aunque muchas veces casi es más importante su impacto emocional. Los dermatólogos tenemos algo de psicólogos en muchas ocasiones.
• Hiperpigmentación post inflamatoria: se producen cuando la piel genera un exceso de melanina en respuesta a una inflamación o lesión. Estas manchas oscuras pueden ser causadas por acné, heridas o procedimientos estéticos, entre otros.
El tratamiento de cada tipo de mancha es diferente. Así como los lentigos responden muy bien a los láseres, explica la Dra. Rodríguez-Villa, con el melasma hay que tener más precaución. Según estudios científicos, si el melasma se trata con una tecnología que produce calor intenso se ha observado que años después el melasma es más grande, más profundo e incluso más pigmentado. Por este motivo, debe tratarse con mimo, poco a poco y con tratamientos como peelings, terapia LED, mesoterapias o láseres de pulso ultracorto específicos para tratar pigmento.
• Lentigos: tal y como explica la Dra. Rodríguez-Villa, con los lentigos funciona muy bien el IPL o el láser de picosegundos, haciendo que las manchas visibles y los pequeños puntos que no vemos tan claros (pero que también nos dan discromía a la cara) se borren, de manera que contribuye a dar un tono luminoso y unificado a la piel.
• Melasma: dependiendo de si trata de un melasma vascular, pigmentario o mixto, su tratamiento será diferente. Los melasmas responden muy bien a la mesoterapia con ácido tranexámico, un tratamiento que tiene la ventaja de poder realizarse en verano, por lo que ayuda a tenerlo controlado todo el año. También utilizamos el láser de picosegundos, específico para el tratamiento del melasma, peelings y, por supuesto, fórmulas magistrales personalizadas.
• Hiperpigmentación post inflamatoria: el tratamiento de las HPI depende de la severidad, localización y características de la piel, pero lo más común es tratarlas con luz pulsada intensa o un láser fraccionado, además de mucha protección solar y una rutina cosmética adaptada.
El melasma de componente hormonal se origina cuando las fluctuaciones en las hormonas, especialmente los estrógenos y la progesterona, aumentan la actividad de los melanocitos en la piel. Estos cambios hormonales activan vías que incrementan la producción de melanina, especialmente en áreas expuestas al sol. Además, factores como la inflamación, el estrés oxidativo y la predisposición genética pueden agravar el proceso, conduciendo a la aparición de las características manchas oscuras del melasma, asegura la Dra. Rodríguez-Villa. En estos casos una de las claves del tratamiento será controlar la fuente del desequilibrio hormonal. Por ejemplo, ajustar anticonceptivos hormonales o manejar condiciones hormonales subyacentes puede mejorar los resultados del tratamiento.
En resumen, aunque el tratamiento del melasma hormonal puede ser efectivo, es un proceso que requiere tiempo, consistencia y, en algunos casos, ajustes en el tratamiento para mantener los resultados a largo plazo, los cuales, como hemos indicado anteriormente, puede ser constantes hasta el inicio de la menopausia.
Desde IMR, añade la especialista, no solo tratamos la mancha, sino que como dermatólogos pautamos una rutina cosmética para que ésta no vuelva a aparecer y la piel del paciente esté saludable los 365 días del año. En ese sentido, solemos recomendar activos como la hidroquinona, aunque tiene sus limitaciones (se debe usar por cortos periodos de tiempo…), pero también el ácido tranexámico por su capacidad para estabilizar el melanocito y que no siga produciendo esa melanina que pigmenta la piel. En el caso de las embarazadas, recomendamos siempre ácido azelaico con una concentración del 15-20%, porque consigue tratar todo ese componente de la pigmentación sin ninguna problemática asociada.
Otros activos que ayudan a unificar el tono de la piel y que son básicos en toda rutina despigmentante son la vitamina C, el ácido glicólico o los retinoides.
En los últimos años, y gracias a que cada vez hay más investigación al respecto, sabemos que tras una mancha hay un sistema que está alterado, inflamado, híper estimulado, o una combinación de todas ellas. Por ese motivo, la dermatología del futuro va a tratar la mancha desde el origen, a descubrir qué es lo que genera que el melanocito esté demasiado activado y provoque esa hiperpigmentación. Por ese motivo, ahora se combinan varias disciplinas: tratamientos (láser, mesoterapia, peelings…), medicación oral, una pauta cosmética… El cambio del paradigma de la dermatología en cuanto a manchas se refiere es que ahora entendemos las manchas, no como una mancha aislada, sino como una conjunción de muchos factores, pudiendo adecuar el tratamiento a cada una de esas diferentes causas que están produciéndola. Así somos mucho más dirigidos y avanzados, añade.