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Esta empresa destaca por su enfoque personalizado y profesional en la compra-venta de geriátricos, ofreciendo soluciones financieras innovadoras y asegurando la continuidad del personal.
En el mundo de las residencias geriátricas, la figura de José Luis Herrera emerge como un referente. Con una trayectoria que abarca desde asesor fiscal hasta consultor especializado en la compra-venta de empresas, Herrera ha encontrado su vocación en el sector geroasistencial, que está en alza en los últimos años. En este reportaje, el CEO de Mi Residencia nos cuenta cómo ha sido su viaje profesional y las claves del éxito en un mercado tan especializado y sensible.
José Luis Herrera inició su carrera en el mundo de la asesoría fiscal, contable y laboral, atendiendo a una variada clientela que incluía residencias geriátricas. “Siempre me atrajo el sector”, nos comenta. La oportunidad de involucrarse más a fondo llegó cuando comenzó a gestionar operaciones de compra-venta de residencias por jubilación de sus propietarios. Fue entonces cuando, justo antes de que estallara la pandemia en 2020, decidió lanzar Mi Residencia, una empresa dedicada exclusivamente al sector geroasistencial.
“Pensé que era un acierto empezar justo ahora... y lo fue”, dice Herrera con satisfacción. A pesar de los desafíos impuestos por la pandemia, logró establecerse firmemente en el mercado. Hoy, disfruta de su trabajo analizando cada operación como si fuera la primera, visitando todas las residencias y ofreciendo un compromiso férreo y una total discreción a sus clientes.
Mi Residencia no solo se encarga de la compra-venta de residencias, sino que también ofrece un servicio crucial: la captación de residentes para aquellas instalaciones que tienen plazas vacantes. “Somos conscientes de que esas últimas plazas son las más importantes”, explica Herrera. Este enfoque integral permite a las residencias maximizar su ocupación y eficiencia operativa.
La cartera de Mi Residencia es amplia y variada, abarcando tanto residencias geriátricas como centros de día en todo el territorio nacional. “Trabajamos con residencias pequeñas, medianas y grandes, tanto privadas como públicas”, aclara Herrera. Sin embargo, el perfil más común son las residencias de entre 40 a 80 plazas.
Los motivos para vender una residencia son diversos, pero en general, no se relacionan con la falta de ocupación. En las residencias pequeñas y medianas, la razón principal suele ser la jubilación o el cansancio por estrés. “Vemos muchos casos en los que la propiedad hace de todo, lo que conlleva estrés y ansiedad”, asegura Herrera. En contraste, las grandes residencias a menudo se venden como parte de una estrategia empresarial.
El contexto socioeconómico actual no es fácil, especialmente con los tipos de interés en niveles altos. “Muchos bancos ven el sector con recelo debido al riesgo reputacional”, señala Herrera. Sin embargo, Mi Residencia ha establecido buenas relaciones con entidades financieras que ven el sector con buenos ojos y están dispuestas a financiar operaciones.
Además, ofrecen alternativas de financiación al sector bancario, como alquileres con opción a compra y pagos aplazados, que pueden tener ventajas fiscales significativas para el vendedor.
La seña de identidad de Mi Residencia es el trato personalizado y directo. “Visito todas las residencias personalmente”, enfatiza Herrera. Esto le permite conocer de primera mano la infraestructura que va a vender y establecer una relación de confianza con sus clientes, basada en la discreción, el compromiso y la profesionalidad.
Según el CEO de MI Residencia, el mercado de la compra-venta de residencias geriátricas está en auge. “La pandemia ya es historia”, afirma Herrera. Muchas empresas están en posición compradora para ampliar su capacidad, y los inversores están interesados en entrar en el sector. “Adquirir una residencia en funcionamiento es más ventajoso que construir una nueva, debido al aumento en los costos de construcción por la guerra en Ucrania”, explica.
Un aspecto crucial en la compra de una residencia es la subrogación del pasivo laboral. “La plantilla no tiene nada que temer”, asegura Herrera. Esto significa que los empleados mantienen sus puestos y condiciones laborales, lo que garantiza la continuidad y estabilidad del servicio.
Determinar el precio de una residencia geriátrica es un proceso complejo que depende de múltiples factores, como el número de plazas, la ubicación, los estados contables, la ocupación, y el estado de conservación. Mi Residencia ofrece un servicio gratuito de “Tasación Online” para proporcionar a los propietarios un valor aproximado de salida.
Para aquellos interesados en vender su residencia, el primer paso es contactar con Mi Residencia. “Comentamos todos los factores a tener en cuenta y explicamos nuestra forma de trabajar”, dice Herrera. Una vez alcanzado un acuerdo, se firma un mandato de venta y Herrera visita la residencia para iniciar el proceso.
La experiencia y dedicación de José Luis Herrera y su equipo en Mi Residencia han convertido a la empresa en un actor clave en el sector de la asesoría en la compra-venta de residencias geriátricas. Su enfoque personalizado, compromiso, discreción y la profesionalidad, así como su capacidad para adaptarse a las necesidades del mercado y de sus clientes, hacen de Mi Residencia una opción confiable y segura para quienes buscan vender o comprar tanto una residencia para personas mayores como un centro de día.
En un sector donde la empatía y el cuidado son fundamentales, la labor de Mi Residencia y de su CEO, José Luis Herrera, demuestra que es posible combinar negocios con humanidad, ofreciendo soluciones que beneficien tanto a los propietarios como a los residentes y sus familias.
Más información en www.miresidencia.es