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Fundación MAPFRE, en colaboración de Fundación máshumano, analiza la situación actual que viven jóvenes y mayores en el mercado laboral y la importancia de la colaboración intergeneracional.
En España, el peso de los seniors en la población ocupada ha aumentado de manera significativa. De hecho, desde 2008, el número de ocupados sénior ha pasado de 2,3 millones a 4,1 en 2022 (un incremento del 78%). En contraste, en el mismo periodo, el colectivo junior ha pasado de 4,6 millones a 2,9 millones, lo que supone una disminución del 37% de jóvenes trabajando. Esta diferencia pone de manifiesto una silverización” del mercado laboral, que hace pronosticar que el colectivo sénior será cada vez más decisivo en la economía española, y refleja una tendencia que seguirá avanzando.
Además, la participación de los jóvenes en el mercado laboral ha descendido en los últimos años de forma considerable frente a la de los sénior. Actualmente, los jóvenes representan el 16% del total de la población activa y los sénior, el 20%.
En este sentido, también se está produciendo una “desjuvenización” del mercado laboral como consecuencia, entre otros factores, del cambio demográfico, la emigración de trabajadores cualificados, el fracaso escolar y las condiciones laborales de este colectivo.
Estas son algunas de las conclusiones del “III Mapa de Talento Sénior. Jóvenes y mayores en el mercado laboral. La colaboración intergeneracional”, un informe impulsado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, que ha contado con la colaboración de la Fundación máshumano, que analiza la diferencia existente entre la realidad laboral de los jóvenes menores de 30 años con la de los mayores de 55 años, y que pone en relieve la importancia de la economía plateada como “motor de empleo para ambos colectivos”. En este sentido, se resalta que “una economía sénior supondría que más mayores (y jóvenes) trabajasen y pagasen impuestos, pero sobre todo que más españoles se beneficien de ser el mejor país del mundo para envejecer y generar toda una industria del envejecimiento que haga que millones de personas vengan a nuestro país”.
En la presentación del informe, que se ha celebrado hoy en el auditorio de Sagardoy Abogados, han participado Iñigo Sagardoy, presidente de Fundación máshumano; Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics; y Tomás Pereda, subdirector general de Fundación máshumano, así como Rafael Puyol, Alfonso Jiménez e Iñaki Ortega, coautores de la investigación que utiliza fuentes oficiales, como el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la encuesta Global Entrepreneurship Monitor (GEM) en base a datos analizados entre 2008 y 2022. Asimismo, la apertura del acto ha corrido a cargo del presidente del Consejo Económico y Social (CES), Antón Costas, y de la directora general de Personas y Organización de MAPFRE, Elena Sanz.
Durante su intervención, la directora general de Personas y Organización de MAPFRE ha destacado que “la generación sénior actual, al venir de una cultura del esfuerzo y del ahorro, es también un verdadero motor económico en términos de consumo e inversión”. También ha subrayado que “gobiernos, empresas e instituciones inviertan en el dividendo sénior, ya que supone fortalecer la demanda económica y, con ella, la generación de empleo”.
En esta línea, Juan Fernández Palacios se ha referido además a que “es importante poner en marcha medidas que fomenten el empleo de los mayores de 55 años y que luchen contra el edadismo laboral, evitando así, el derroche de talento sénior que se está produciendo actualmente en España”. El director del Centro de Investigación Ageingnomics ha hecho hincapié en que “la diversidad generacional puede y debe crear valor en cualquier organización y especialmente en las empresas”.
Por su parte, el presidente del Consejo Económico y Social de España (CES), Antón Costas, ha añadido que "la democratización de la longevidad no es una crisis demográfica, sino una fuente de innovación muy poderosa para dinamizar la sociedad, la economía y la empresa".
El informe pone en relieve que el número de parados menores de 30 años duplica el de los mayores de 55 años. Los jóvenes representan el 30% de los desempleados españoles, con cerca de 900.000 parados, una cifra que se sitúa muy por encima de la que corresponde a los seniors (16,4%), que se acerca al medio millón de personas (489.000). Sin embargo, a pesar de que el colectivo sénior cuente con menos personas desempleadas, el paro juvenil está experimentando una bajada, mientras que el sénior está subiendo. En el periodo de 2008 a 2022, se ha visto un incremento de 300.000 seniors desempleados, mientras que el colectivo junior cuenta con 153.000 jóvenes desempleados menos.
El estudio también destaca que el paro de larga duración es más intenso entre los mayores de 55 años, ya que más del 50% de los seniors lleva dos años o más en esta situación, frente a los jóvenes, donde la mitad lleva menos de 6 meses. Estos datos reflejan las dificultades para trabajar que tiene este colectivo por razones de edad, así como la incidencia, todavía muy presente, del edadismo laboral en España, es decir, una forma de discriminación social en relación a la edad que afecta, especialmente, a las personas mayores.
Si se analiza la tasa de actividad, se ha producido un incremento de activos en el grupo sénior, que ha pasado de 2,5 a 4,6 millones, mientras que se ha disminuido el total de activos jóvenes (de 5,7 a 3,8 millones de 2008 a 2022). Pese a ello, la representación en la tasa de actividad en el total nacional todavía es superior el colectivo junior (55,2%) frente al sénior (49,85%). Asimismo, destaca que la tasa de actividad de los seniors españoles es menor que la de los países de referencia en Europa.
El trabajo por cuenta propia está más presente entre los trabajadores mayores de 55 años que entre los jóvenes. Así, mientras que actualmente en España tan solo hay 189.000 jóvenes autónomos, se cuenta con 977.000 autónomos sénior. Esta situación se da como consecuencia de que, a cierta edad, el trabajo por cuenta propia y el emprendimiento se convierten en una opción en la que los seniors pueden desarrollar sus especiales condiciones y capacidades.
En el caso de los autónomos mayores, el porcentaje que contrata es muy superior (35,4%) en comparación con los jóvenes (10,5%). Esto indica que no todos los seniors que se ponen a trabajar por cuenta propia lo hacen como “autoempleo”, sino que más de un tercio de ellos, además, contrata al menos a un empleado.
En relación al sector de actividad, la “acusada terciarización” de la economía española determina la fuerte concentración de ocupados en el sector servicios, tanto entre los seniors (77%), como entre los juniors (81%). Si se hace el análisis por ramas de actividad que reúnen mayor número de ocupados, los jóvenes se concentran en sectores como la hostelería y comercio, frente a los mayores que se sitúan en el área sociosanitaria y la industria. La investigación pone de manifiesto que los jóvenes tienen una mejor formación que los mayores y que los séniores españoles se forman menos que los del resto de Europa.
Además, en cuanto al tipo de jornada, predomina el tiempo completo, tanto entre los mayores (89%) como entre los jóvenes (77,8%). Por su parte, la dedicación a tiempo parcial es reducida en ambos grupos, aunque es más habitual entre los jóvenes (22%), ya que en muchos casos el trabajo se combina con el estudio y en otros tantos se da por la inexistencia de alternativas mejores. Por su parte, solamente el 11% de los mayores de 55 años tiene jornada part time, una cifra muy inferior a la de los países europeos referentes en talento sénior como Suecia (32%) y Alemania (35%).
El informe recoge una selección de empresas ejemplares en retención, desarrollo y reconocimiento de talento sénior, como, CVS, con un programa mentoring para seniors; Sacyr, con una iniciativa de jubilación guiada; MAPFRE, con Ageing, dirigido a fomentar el talento sénior y aportar flexibilidad a las condiciones laborales de los mayores; Leroy Merlin, que basa su cultura en compartir conocimiento entre los trabajadores de distintas generaciones; o ABB, con grupos de trabajo liderados por jóvenes talentos, entre otras. Las buenas prácticas internacionales detectadas demuestran que son muchas empresas las que han conseguido que colaboren séniores y jóvenes. En España, los programas de empresas como las Cámaras de Comercio, El Corte Inglés, SEUR, Sacyr o MAPFRE atestiguan que se puede colaborar entre generaciones.
Además, aporta algunas claves para superar la situación actual a través del aumento de las oportunidades de colaboración intergeneracional; la formación y la capacitación digital para que los trabajadores puedan impulsar sus carreras; facilitar jubilaciones flexibles o faseadas, así como reconocer derechos de igualdad generacional y la formación obligatoria para la recualificación profesional.
El informe pone de manifiesto cómo siguen existiendo mitos sobre el talento sénior, entre ellos, que los seniors están desactualizados y no cuentan con capacidades digitales, que es imposible la colaboración intergeneracional, que apenas existen trabajadores sénior o que la mayor parte del mercado laboral son jóvenes. Sin embargo, la realidad es muy diferente ya que hay 800.000 trabajadores menos en el colectivo junior que en el sénior.