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Un estudio realizado por las dos asociaciones de atención a las personas mayores analiza la percepción de utilidad de los centros de día por parte de usuarios y familiares.han organizafo
Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE) y la Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia (AMADE) han organizado el jueves, 26 de octubre, la II Jornada "Impulsando los Centros de Día", en la sede del Imserso, en Madrid. El encuentro se convirtió en un espacio para la reflexión sobre cómo promover los centros de día, un recurso para la atención a personas mayores, que mejora las condiciones de vida de quienes lo usan y de sus familiares, porque favorecen el estado de ánimo, la socialización y la salud, pero que sigue siendo un servicio muy desconocido.
A pesar de sus beneficios, los centros de día siguen siendo grandes desconocidos. Pero ocurre también con otros servicios de apoyo a la dependencia. Así se puso de manifiesto en las conclusiones del estudio Percepción de valor del recurso de centro de día, que se presentó durante el evento, “el 70% de los familiares afirma no conocer los recursos sociales con los que podría contar para el cuidado de la persona mayor”.
De este informe también se extrae otra cuestión relevante: La incertidumbre, vergüenza, miedo a la pérdida de libertad y resistencia al cambio son los principales motivos por los que las personas mayores rechazan la idea de ir a los centros de día. De hecho, según se desprende de los datos, “la decisión de acudir al centro de día suele ser de las familias”, confirmó la directora general de Amade, Inmaculada Cerejido.
Sin embargo, una vez que prueban el servicio, la percepción de utilidad tanto por los usuarios como por las familias es muy positiva. La puntuación media es de 8,07 sobre 10. El 85,4 % de los familiares consultados sostiene que la persona mayor manifiesta abiertamente que le gusta asistir al centro de día. Además, las personas mayores opinan que asistir a los centros de día ayuda a mejorar su autonomía y seguir viviendo en casa. Por otra parte, familiares y usuarios están de acuerdo en que el servicio ayuda a los familiares a conciliar el cuidado con la vida laboral y personal, procurando una mejor relación familiar.
Los ponentes que asistieron a la jornada subrayaron que uno de los retos a los que se enfrenta es el de visibilizar los centros de día para que la sociedad comprenda que tienen a su alcance una alternativa útil que favorece el envejecimiento activo y la autonomía de las personas mayores, retrasando la dependencia y discapacidad. “No podemos dejar que el desconocimiento nos limite para elegir la mejor opción para los nuestros o para nosotros mismos”, afirmó la presidenta de Amade, Pilar Ramos.
En este sentido, Ramos destacó una de las ideas que estuvo vigente durante toda la jornada, la necesidad de abrir los centros de día a la comunidad, porque es una oportunidad “para normalizar el envejecimiento, integrar a las personas mayores que viven en sus casas, pero son usuarios de estos servicios, y demostrar cómo se trabaja en este sector, que se va transformando para adaptarse a las nuevas necesidades que requiere cada generación de personas mayores”.
La presidenta de Aeste, Natalia Roldán, también precisó otra de las ideas fundamental que se comentaron en el encuentro: la flexibilidad del servicio de centros de día. “Las personas queremos elegir cómo vivir y queremos que nos acompañen en el proceso”, apuntó Roldán, y la flexibilidad es clave para personalizar la atención.
La presidenta de Aeste aseguró que hay que seguir trabajando, en colaboración con todos los agentes implicados (empresas, Administración Pública, equipos profesionales, familiares...) por el bienestar de las personas mayores, que no es otra cosa que nuestro propio bienestar. Pero reconoció que, en este sector, “hay profesionalidad, hay talento, hay vocación y eso es lo que transforma. Los que apostamos cada día por el sector, tenemos ahora mismo la capacidad y la responsabilidad de cambiarlo, no de decirlo, sino de hacerlo, de transformar.”