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La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, ante el comienzo de la campaña de la vacuna de la gripe, quiere recordar la recomendación, de acuerdo a recomendaciones nacionales e internacionales, de la vacuna antigripal en toda la población mayor, preferiblemente con las de inmunogenicidad reforzada.
La SEGG considera también importante recomendar la vacuna a toda la población conviviente con personas mayores, así como a los profesionales sanitarios, socio sanitarios, gerocultores y todos los que trabajan con ellas.
En esta temporada el reto va a ser el mantener las altas coberturas conseguidas en los dos últimos años de pandemia por la COVID. La coadministración de la vacuna de la gripe junto con la de SARS-CoV2 en las dos últimas campañas ha sido una estrategia segura, que ha ayudado a facilitar la adherencia y a conseguir las altas coberturas.
El comportamiento de la gripe en el último año tras la pandemia ha sido algo distinto que en campañas previas de tal manera que la temporada de gripe fue más larga y extensa con dos picos (el primero debido a gripe tipo A, y el segundo a la gripe tipo B). Además de la gripe cabe esperar la convivencia con el virus respiratorio sincitial (VRS) cuya incidencia aumentó el año pasado, y el de SARS-CoV2.
En personas mayores están especialmente indicadas las vacunas denominadas de inmunogenicidad reforzada entre las que se encuentran las de altas dosis y las adyuvadas.
En el caso de que no se disponga de ellas cualquier otra vacuna antigripal puede ser una alternativa adecuada en esta franja de edad y la coadministración con la vacuna de la Covid puede ser una pauta segura y cómoda que, además, contribuya a mejorar las tasas de vacunación.
La SEGG quiere transmitir a todos los profesionales de la geriatría su papel fundamental en la transmisión de la información y concienciación hacia pacientes, familiares y cuidadores. Es importante insistir a pacientes, familiares y cuidadores que las nuevas vacunas de la gripe son seguras y eficaces, disminuyen posibles complicaciones en patologías crónicas, disminuyen hospitalizaciones por causa cardiorrespiratoria y de otras descompensaciones de patología crónica, evitan ingresos en la UCI, previenen el deterioro funcional asociado que, en el caso de nuestra población, puede ser catastrófico y que, finalmente, las vacunas salvan vidas