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Se ha iniciado la actividad en la nueva Unidad de Hemodiálisis del Hospital San Juan de Dios de Zaragoza, creada tras el acuerdo establecido entre el centro hospitalario y Fresenius Medical Care España para dotar de unas instalaciones y equipos de última generación capaces de ofrecer la mejor terapia para los pacientes con enfermedad renal crónica avanzada.
Se trata de una unidad que cuenta con cuatro salas, dos en la planta baja y otras dos en la planta superior en una instalación anexa al Hospital de San Juan de Dios de Zaragoza, en las que se podrán realizar hasta 120 y 42 pacientes, respectivamente.
En dos de esas cuatro salas, las que están planificadas para 42 pacientes, los puestos de diálisis están repartidos en zonas estructuradas y pensadas para contar con espacios específicos donde se dialicen a pacientes con enfermedades infecciosas y además disponen de una zona de aislamiento para personas que lo requieran, por ejemplo, pacientes con Covid-19.
“El ecosistema tecnológico de Fresenius Medical Care permite un abordaje integral del paciente, lo que supone una gran ventaja. Porque la digitalización y mecanización de los dispositivos médicos de FME facilitan el trabajo del personal sanitario y generan una mayor confortabilidad en el paciente. Estos dos aspectos promueven una mayor eficiencia de la hemodiálisis, realizar una terapia más ajustada a cada paciente y, por tanto, llevar a cabo un tratamiento con una mejor tolerancia”, explica la Dra. Eva Baró, directora médica de Fresenius Medical Care.
Por su parte, la Dra. Mercedes García Mena, responsable de la Unidad de Nefrología del Hospital San Juan de Dios de Zaragoza, señala que “precisamente, la mayor eficacia en la depuración de toxinas, los dispositivos para una mejor tolerancia hemodinámica y la individualización de los tratamientos de hemodiálisis no solo contribuyen al confort, sino a un mejor pronóstico vital del paciente renal, mejorando también su calidad de vida”.
Además de los puestos de hemodiálisis, Fresenius Medical Care se ha encargado de la instalación de una planta de aguas, totalmente monitorizada y automatizada, que permite llevar a cabo un control continuo de la calidad del agua. Este tipo de sistemas de última generación aplicada al tratamiento de agua para hemodiálisis aporta beneficios en términos de eficiencia de recursos naturales, materiales y humano, tal y como recogen los datos de estudios como el publicado en la revista científica PLOS ONE.
