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Carlos San Juan, promotor de la campaña Soy Mayor, no Idiota, ha puesto de nuevo a los mayores en el centro de sus reivindicaciones al solicitar en la Cumbre Europea de Consumo, celebrada en Bruselas, un mayor esfuerzo tanto de España como de Europa para que se trabaje en una normativa que asegure la inclusión financiera de todos.
Asimismo, ha insistido en la necesidad de que se mantenga, no solo en España, sino en toda la Unión Europea, una "burbuja analógica" que conviva con la digitalización de las empresas y, en concreto, del sector financiero, y permita a las personas mayores cobrar sus pensiones y manejar su dinero como siempre lo han hecho". Que convierta en obligatorio el código de buenas prácticas firmado por la banca, que es voluntario y autoevaluable".
San Juan ha hecho esta petición durante su intervención en el marco de la Cumbre Europea de Consumidores, organizada por la Comisión Europea, en la que han participado expertos en consumo de toda la UE.
La presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros Asufin, Patricia Suárez, ha recordado que el alto nivel de bancarización que ha alcanzado España no implica que la inclusión financiera sea óptima, sobre todo en determinados colectivos vulnerables, no sólo los mayores, sino también quienes viven en zonas rurales, con difícil acceso a la digitalización.
Carlos San Juan también se ha referido a la incertidumbre financiera que estamos viviendo y que puede repercutir en los mayores, “en la medida en que somos clientes secuestrados, clientes cautivos de la banca, con pocas posibilidades de cambiar de banco”.
“Si por cualquier motivo no pudiera ver la luz una ley que hiciera obligatorio el protocolo de la banca, la UE y todos los países que la integran están capacitados para elaborar un plan que evite que las personas mayores suframos las consecuencias derivadas de las turbulencias financieras”, concluyó.
San Juan, que ha conseguido reunir cerca de 650.000 firmas para su campaña, tildó la digitalización de la banca de “brusca y rígida, a través de unas aplicaciones muy complicadas agravadas por la desaparición constante de oficinas y la supresión de cajeros”. Añadió que “a esta digitalización no pueden acceder miles y miles de mayores por falta de recursos económicos, porque no tienen internet, por la ubicación y por trastornos cognitivos propios de la edad”.