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Con motivo del Día Mundial del Cáncer (4 febrero), e Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y AstraZeneca, impulsan la campaña ‘Una Nueva Normalidad, el Mismo Cáncer’ bajo el lema “El cáncer no espera, tú tampoco deberías” para concienciar de la importancia del diagnóstico precoz y la importancia de acudir a las revisiones médicas.
El pasado 31 de diciembre se cumplieron dos años desde que se emitió la primera alerta internacional por COVID-19(1). Unos meses más tarde, la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia mundial1 que todos, en mayor o menor medida, hemos padecido. Sin embargo, algunas de las consecuencias de esta pandemia están mostrando ahora sus efectos o incluso pueden estar aún por llegar.
Por eso, con motivo del Día Mundial del Cáncer que se celebra cada 4 de febrero, el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y AstraZeneca han impulsado la campaña ‘Una nueva normalidad, el mismo cáncer’ y que lleva por lema “El cáncer no espera, tú tampoco deberías”, con el objetivo de concienciar a la población general de la importancia de acudir a los centros sanitarios ante la sospecha o síntomas de enfermedad e insistir en acudir a las revisiones periódicas con los profesionales sanitarios. Un diagnóstico precoz de un cáncer conlleva un mejor pronóstico de la enfermedad.
Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la segunda causa de muerte en el año 2020 en España, tras las enfermedades del sistema circulatorio, fueron los tumores (22,8%)(2). El tercer grupo de enfermedades que más mortalidad causó en nuestro país en el mismo año fueron las enfermedades infecciosas, entre las que se incluye la COVID-19(2). Esto sigue manteniendo el cáncer como una enfermedad que requiere prioridad a la hora de ser atendida aún con la situación de pandemia en la que nos encontramos.
Por otra parte, un informe elaborado por SEHH y SEOM, y otras sociedades científicas, muestra que durante los meses de confinamiento (marzo-junio del pasado 2020) se redujo el número de nuevos pacientes en las consultas en un 21% con relación al mismo período del año anterior3. Además, el número de pacientes atendidos en hospitales de día descendió de media en un 14% y el número de pacientes en quimioterapia en un 9,5%3.
De hecho, según datos del informe sobre el Impacto Sanitario del Coronavirus en la Atención Hospitalaria a Pacientes Oncohematológicos, han disminuido el número de pruebas diagnósticas en centros sanitarios, las citologías cayeron un 57% con respecto al periodo prepandemia, lo que da lugar a una disminución del diagnóstico precoz de tumores que se consigue gracias a este tipo de estudios en un 30%(3).
“La pandemia ha afectado a todos los tipos de cáncer por igual, pero no es lo mismo que el retraso se produjera en un tipo de cáncer en el que la supervivencia existente a día de hoy es elevada y en los que existen distintas opciones de tratamiento (caso del cáncer de mama o el de próstata), frente a aquellos otros tipos de cáncer en los que la supervivencia media es menor y por tanto el tiempo corre en contra o en aquellos en que cuando se puede diagnosticar, por regla general, el estadio ya es muy avanzado, como es el caso del cáncer de pulmón o páncreas”, explica Begoña Barragán, presidenta de GEPAC.
Además, la presidenta de GEPAC detalla que especialmente en este tiempo, la labor de las asociaciones de pacientes con cáncer “ha sido informar a los pacientes sobre la importancia de la adherencia a los tratamientos, sobre todo con la llegada de un mayor número de tratamientos orales, y de advertir de los riesgos y peligros de abandonarlos o llevar a cabo otro tipo de terapias (pseudoterapias) sin conocimiento de los profesionales médicos, ya que en muchos casos, pueden producir interacciones con los tratamientos”.
En ese mismo sentido, el Dr. Ramón García Sanz, presidente de la SEHH, recuerda la situación de especial vulnerabilidad a la que se enfrentan los pacientes oncohematológicos: “Varios estudios elaborados por miembros de la SEHH han mostrado que este tipo de pacientes ha sido uno de los más perjudicados por la pandemia. De hecho, la mortalidad global se ha situado en torno al 30% y baja hasta el 18% en trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH) (conocido habitualmente como ‘trasplante de médula ósea’) (4). La pandemia ha tenido, además, un gran impacto en la actividad asistencial de los equipos de TPH y de terapia CAR-T, con una reducción importante de la actividad durante los peores meses de la pandemia. Por ejemplo, el Alo-TPH de donante no emparentado se llegó a reducir hasta en un 50% con respecto al mismo periodo de 2019 (4)”.
Adaptarse para recuperar la normalidad
La pandemia de la COVID-19 que cumple ya más de dos años y para la que de momento se desconoce la fecha de fin, “ha puesto de manifiesto muchos aspectos positivos de nuestro sistema sanitario, pero también ha dejado al descubierto sus carencias. Se habla de la nueva normalidad, de retomar nuestras rutinas, pero creemos que se debe aprender de todo lo que, como sociedad, nos ha tocado vivir”, puntualiza la presidenta de GEPAC.
“Ahora toca recuperar la normalidad en la atención a los pacientes con cáncer para poder garantizar los programas de cribado, el diagnóstico precoz en un tiempo óptimo y los abordajes multidisciplinares”, afirma la presidenta de SEOM, Dra. Enriqueta Felip. La presidente de SEOM recuerda que “los retrasos diagnósticos a causa de la pandemia ya fueran por suspensión de los programas de cribado o por una dificultad o retraso en la atención sanitaria, conllevan una extensión de los tumores y, en consecuencia, tratamientos más agresivos y cirugías menos conservadoras. Todo ello merma la calidad de vida de los pacientes con cáncer e incluso, en algunos casos, puede suponer la pérdida de oportunidad de realizar un tratamiento con intención curativa en aquellos pacientes que han desarrollado metástasis. Un estudio inglés publicado hace unos meses (5) estima que un retraso modesto de la cirugía en tumores agresivos puede suponer una reducción de hasta un 30% en la supervivencia a 6 meses y debemos evitar que esto se produzca”, concluye la Dra. Felip.
Más allá de estos datos, “todavía es muy difícil cuantificar el número de pacientes que han podido verse afectados por la pandemia y en qué medida”, señala Marta Moreno, Directora de Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado de AstraZeneca. “El abordaje temprano del cáncer es un factor muy importante para un buen pronóstico. Además, algunas personas pueden haber retrasado sus revisiones médicas periódicas, con el consiguiente riesgo para la progresión de tumores. Desde AstraZeneca nos hemos marcado el objetivo de erradicar el cáncer como causa de muerte, y para lograrlo necesitamos que la población no tenga sentimientos de incertidumbre o miedo en esta pandemia y queremos animarlos a que sigan las indicaciones de su médico como hasta ahora. Lamentablemente la irrupción de la pandemia ha relegado a un segundo plano determinadas patologías como el cáncer y esto ha perjudicado su diagnóstico precoz, el acceso a las mejores soluciones terapéuticas, y por ello, las expectativas de los pacientes oncológicos. A medida que el mundo se adapta a la COVID-19, la resistencia de la atención sanitaria se hace cada vez más evidente: debemos centrarnos en soluciones que garanticen que el cribado, la atención y el tratamiento continuo de todos los pacientes con cáncer sigan siendo las pertinentes en los servicios sanitarios. Es imprescindible que los pacientes recuperen la confianza en la seguridad de los circuitos sanitarios. No abordar un cáncer a tiempo o saltarse una revisión puede suponer un grave problema a largo plazo”.
Por todo ello, GEPAC, SEHH, SEOM y AstraZeneca han querido trasladar en el Día Mundial de concienciación de esta patología la importancia de recuperar cuanto antes la normalidad también en el abordaje del cáncer. El cáncer no puede desaparecer de la agenda pública ni de las prioridades sanitarias.