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Aunque el sector sigue caracterizándose por una marcada fragmentación, en los últimos años ha aumentado la concentración de la oferta, de forma que los cinco primeros operadores reúnen ya el 30% del volumen de negocio sectorial.
Según el Observatorio Sectorial DBK de Informa (filial de CESCE), líder en el suministro de Información Comercial, Financiera, Sectorial y de Marketing en España y Portugal, la prestación de servicios de transporte sanitario terrestre proporcionó en 2020 unos ingresos de 1.350 millones de euros, tras crecer un 3,8% respecto a 2019.
La actividad en el sector se vio marcada por el efecto de la pandemia de COVID-19, que obligó a muchas de las empresas a reforzar el servicio. En cambio, la actividad vinculada a determinados servicios no urgentes y programados, así como a la cobertura de eventos, se vio penalizada por la cancelación de tratamientos e intervenciones, las restricciones al movimiento y la menor actividad económica.
A corto plazo, se estima que el valor del mercado prolongará la tendencia alcista de los últimos años, estimándose que el ejercicio 2021 cerrará con un crecimiento similar al del ejercicio anterior, en el entorno del 4%. Esta variación permitiría alcanzar los 1.400 millones de euros.
A principios de 2021 se encontraban autorizadas para la prestación del servicio de transporte sanitario terrestre 302 empresas, lo que supone que en solo dos años han desaparecido cerca de medio centenar de compañías. El 86% de ellas se dedicaban al servicio público, mientras que solo 41 se orientaban al ámbito privado.
En el bienio 2019-2020 continuó registrándose, de esta forma, un progresivo incremento del grado de concentración de la oferta. Los cinco primeros operadores del sector reunieron en 2019 una cuota de mercado conjunta del 30%, mientras que los diez primeros concentraron el 42%.
Las principales empresas del sector siguen llevando a cabo operaciones de adquisición y absorción de competidores, con el objetivo de aumentar su cobertura geográfica y generar economías de escala. Paralelamente, se aprecia el cese de actividad de diversas compañías, bien por dificultades financieras, bien por la finalización de la concesión que explotaban, adjudicada a nuevos operadores en los concursos públicos correspondientes.
No obstante, continúa apreciándose una notable fragmentación, limitándose gran parte de las empresas a un ámbito local o regional.