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Mujeres y jóvenes con discapacidad son los segmentos más afectados.
Los últimos datos disponibles sobre contratación de las personas con discapacidad reflejan que, comparado con el mismo periodo del ejercicio anterior, durante el tercer trimestre del año se registraron 84.662 empleos menos, cifra que refleja una bajada del 32% respecto el mismo periodo del ejercicio anterior. Concretamente, en 2020 se han realizado 179.889 contratos para personas con discapacidad frente a los 264.551 del acumulado el tercer trimestre del año 2019.
Estos datos del Servicio Público de Empleo, recogidos en el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo de Fundación ONCE suponen una ruptura de la tendencia encadenada de siete años de crecimiento en el volumen de contrataciones al colectivo.
Las mujeres con discapacidad son las que han sufrido en mayor medida el desplome del empleo ya que en 2019 sus contratos representaban el 39,9% del colectivo, cifra que en el momento actual ha descendido más de 11 puntos porcentuales.
En cuanto a los jóvenes con discapacidad son otro de los segmentos que más se resienten con la destrucción de empleo ya que sus contratos apenas representan el 7,1%. Además, su bajada respecto a 2019 se cifra ya en el 35,8%, es decir, casi cuatro puntos más de pérdida de empleo que la media del colectivo.
A ello hay que añadir que, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 80% de la población con discapacidad concentra su empleo en el sector servicios (por encima del dato del conjunto nacional), uno de los que está sufriendo en mayor medida las consecuencias de la crisis económica derivada del COVID.
Según esta misma fuente, en España hay registradas 1.899.800 personas con discapacidad de 16 a 64 años, lo que supone el 6,3% de la fuerza laboral del país, o en otras palabras el 6,3% del talento que nos puede ayudar a salir de esta crisis provocada por el COVID-19. Sin embargo, tan solo una de cada cuatro personas con discapacidad está trabajando actualmente. Así, su tasa de actividad se sitúa en un 34,5% frente al 77, 6% de las personas sin discapacidad; su tasa de empleo en el 25,8% en comparación con el 65,9% de la población en general y su tasa de paro en el 28% frente al 15,1%.
En 2019 se realizaron 354.991 contratos a personas con discapacidad, el 1,6% del total. De ellos, el 90,1% fueron temporales, el 38, 5%para mujeres y el 7,5% para jóvenes de entre 16 y 24 años. En cuanto a los salarios, las personas con discapacidad perciben 19.946,2€ brutos anuales de media, un 17% menos que el resto de la población. Asimismo, el 33,2% de las personas con discapacidad en edad laboral no perciben ninguna prestación (631.600 personas).
La precariedad y falta de empleo para las personas con discapacidad se tradujo el pasado año según datos del INE en que una de cada tres se encontrase en España en riesgo de pobreza o exclusión social (el 32,5%) más de siete puntos por encima de los datos de población general y con una trayectoria de escasa recuperación a lo largo de los años. Dicho de otro modo, una de cada tres personas con discapacidad afronta carencias que condicionan una calidad de vida digna y solvente. Se trata de 2,3 millones de personas cuyas necesidades básicas están descubiertas, según datos recogidos por Odismet.
Formación
El porcentaje de graduados entre la población sin limitaciones para la actividad alcanza el 35,2%, más del doble que entre las personas con discapacidad, tal y como ha informado el INE. Igualmente, la ratio de personas sin formación apenas representa el 0,4% (frente al 4,9% para el colectivo). Tal y como refleja la encuesta European Union Labour Survey, el abandono escolar entre las personas con discapacidad casi duplica el de la población sin discapacidad (43,2 frente al 25,2%) y el porcentaje de personas cursando algún tipo de formación en la actualidad es del 8,1% para el colectivo frente al 19,4% de la población sin discapacidad.
Los cambios provocados por la pandemia han hecho además patente la importancia de intensificar esfuerzos para combatir la brecha digital entre las personas con discapacidad tanto en su acceso a dispositivos y conexiones de calidad que les permitan acceder a la formación y a los servicios, como por la necesaria adecuación de competencias laborales para desenvolverse en entornos de trabajo marcados por la digitalización.
Efectos COVID-19
Según el estudio de Odismet ´Efectos y consecuencias de la COVID-19 entre las personas con discapacidad´, un 34% de ellas ha visto agravada su salud física durante este año, un 50% ha mermado su salud psíquica y un 34% ha consumido ansiolíticos y/o antidepresivos. El Observatorio permite conocer a un colectivo que representa el 6% de la fuerza de trabajo del país, y aprovecha el Día Internacional de las Personas con Discapacidad (declarado en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas), que se celebra el próximo 3 de diciembre, para recordar que los datos sobre la realidad de las personas con discapacidad en España permiten mejorar su calidad de vida y velar por sus derechos, así como concienciar sobre su situación en todas las esferas y organismos de la vida política, social, económica y cultural.
Como reflexión final indicar que la realidad que reflejan las cifras expuestas es previa a la crisis provocada por la pandemia, por lo que es fundamental apelar a la responsabilidad de los poderes públicos, empleadores y agentes sociales en incluir a las personas con discapacidad en las estrategias de recuperación, en garantizar la financiación suficiente para que las organizaciones que trabajamos por la inclusión de las personas con discapacidad podamos seguir desarrollando nuestro trabajo con mayor intensidad para compensar en lo posible los efectos de la crisis. Veamos el futuro como una oportunidad de construir una sociedad post pandemia inclusiva y entorno laboral que sepa aprovechar el talento que atesora el colectivo de las personas con discapacidad.
