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El sector da trabajo directo a unas 20.000 personas, pero la brusca caída en el volumen en su facturación hace peligrar la continuidad de muchos establecimientos ortoprotésicos.
La ortopedia, como sector sanitario de primera necesidad, abrió sus puertas desde el inicio del estado de alarma. El Decreto Ley 10/2020, de 29 de marzo, vino a ratificar que se trata de un servicio esencial. Por eso, el 97% de las ortopedias en España mantienen sus puertas abiertas a día de hoy, pese a las dificultades que están encontrando.
La actividad de las ortopedias ha caído en torno al 95%, y se atienden de media a 2 pacientes al día, según un estudio realizado por la Federación Española de Ortesistas y Protesistas. Principalmente se debe al confinamiento, los pacientes pueden necesitar algún producto ortoprotésico pero temen salir a la calle para adquirirlo. Hay que tener en cuenta que muchos pacientes de ortopedia son personas mayores, del conocido como “grupo de riesgo”.
Tampoco ayuda que no haya citas médicas presenciales. En casos muy puntuales los especialistas están realizando las consultas de forma telemática, pero la atención primaria en la mayoría de comunidades autónomas continúa prácticamente paralizada, y por tanto no hay recetas ortoprotésicas que dispensar pero “eso no significa que no se necesiten. Hay 4 millones de usuarios de ortopedia que dependen de nuestro trabajo” señala el presidente de FEDOP, Pablo Pérez Aragundi.
Debido a la drástica recesión, el 49,2% de las ortopedias en España se ha visto obligado a solicitar algún tipo de expediente de regulación temporal de empleo. Además entre los que no lo han solicitado, la mitad valora hacerlo próximamente.
De los establecimientos que han pedido acogerse a un ERTE, casi un 60% se mantiene a la espera de una respuesta por parte de la autoridad competente a día de hoy, frente a un 40% que ya ha recibido la resolución con su aprobación o rechazo.
Además de recurrir a los ERTE, un 35% de las ortopedias ha solicitado préstamos al Instituto de Crédito Oficial (ICO), para cubrir los gastos derivados de mantener sus puertas abiertas y reportar pérdidas diariamente.
Pese a las acciones emprendidas está en peligro la continuidad de muchas ortopedias españolas. Critican que el Gobierno no contemple la protección del sector en sus medidas sociales y económicas urgentes por la Covid-19, “nos han excluido de la moratoria de pago de las cotizaciones a la Seguridad Social, y todo por haber permanecido abiertos como servicio de primera necesidad. Por eso solicitamos que rectifiquen”, pide el presidente de la Federación.
El escenario se plantea complejo también para los fabricantes y distribuidores de ortopedia. Estas empresas han visto reducido su volumen de trabajo en torno a un 70% desde el inicio de la crisis. Por ello han tenido que recurrir al ERTE en un 65% de los casos. En la mayoría de las compañías, la suspensión contractual ha afectado a más del 60% de la plantilla total.