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Los últimos decretos del Gobierno establecen la obligatoriedad de abrir a las ortopedias, sin embargo sus establecimientos no han cerrado desde que comenzase la crisis, aunque su volumen de trabajo se ha reducido en un 95%, afirma FEDOP.
El Gobierno lo tiene claro, la Ortopedia es un servicio esencial y de primera necesidad y sus centros deben permanecer abiertos mientras se prorrogue el estado de alarma. Se ratifica con claridad en los decretos publicados este pasado fin de semana en el BOE, por el que se obliga a varios sectores a continuar con su actividad, mientras que otros deben cesar su trabajo de inmediato.
En el caso de la Ortopedia no será necesario exigir su apertura, pues la gran mayoría de ellas -un 95% de las ortopedias españolas- ya mantenían sus puertas abiertas desde el inicio de esta crisis por responsabilidad con sus pacientes.
Los técnicos ortoprotésicos han demostrado su compromiso con los usuarios. Han acudido a hospitales para ofrecer soluciones a personas encamadas, y así liberar camas para enfermos por el Covid-19. También se encuentran prestando servicio a domicilio para urgencias con el objetivo de evitar que personas con alto riesgo de contagio salgan de sus casas. Además han reforzado las medidas de prevención en sus establecimientos y con sus empleados para garantizar la seguridad de los pacientes que acuden a las ortopedias.
Pero estos profesionales son sanitarios, y como otros sanitarios, están trabajando sin que la autoridad competente les facilite las medidas de protección individual necesarias (como los trajes EPI) o el acceso a los oportunos test, pese a habérselo solicitado en reiteradas ocasiones.
En estos momentos, las consultas de atención primaria y de especialistas están con servicios mínimos y no se prescriben recetas ortoprotésicas, más allá de alguna en urgencias. Este hecho, unido al confinamiento de la población, da como resultado una merma del 95% del volumen de trabajo en las ortopedias.
Hoy acaba marzo y es momento de pagar el IVA y los seguros sociales, pero las ortopedias tienen miedo de no poder afrontar los pagos y mantenerse al corriente con sus proveedores. La situación deriva en una crisis que difícilmente podrán soportar las pymes y autónomos que componen el sector si no reciben apoyo o ayudas de la administración.
Otros colectivos han pedido al Ejecutivo que decrete su cierre. Sin embargo, a pesar de estar acumulando enormes pérdidas, el sector de la ortopedia se resiste a colgar el cartel de “cerrado” por el bien de los pacientes y para garantizar su atención. Incluso aunque haya días en los que no atienden a nadie. “Hay días que nos necesitan dos personas, otros días tres, y otros días las consultas están vacías. Pero para esos usuarios somos imprescindibles, gracias a nuestro trabajo pueden mantener su autonomía en estos momentos tan complicados”, asegura Pablo Pérez Aragundi, presidente de la Federación Española de Ortesistas y Protesistas (FEDOP).
Pérez Aragundi considera de vital importancia mantener un servicio que da cobertura a 4 millones de pacientes en toda España. “Hay pacientes crónicos como personas con un miembro amputado que pueden sufrir molestias con su encaje, o usuarios de silla de ruedas a los que se les puede presentar un problema mecánico” donde la intervención de un ortopeda es fundamental para mantener su autonomía. Pero también pueden surgir accidentes puntuales “alguien que nunca ha necesitado de la ortopedia se puede caer y de forma temporal podría necesitar una férula, una muñequera o incluso un corsé” puntualiza el presidente de la FEDOP. Y por eso, dice, mantendrán su actividad, por ellos, por los pacientes.