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Como establecimiento sanitario de primera necesidad, el 95% de las ortopedias mantienen sus puertas abiertas para dar servicio a sus pacientes durante el estado de alarma, aunque sus profesionales se quejan de la falta de equipos de protección contra el coronavirus y alertan de una brusca bajada de la actividad.
La Federación Española de Ortesistas y Protesistas (FEDOP), en colaboración con la Asociación de Fabricantes y Distribuidores de Ortopedia (AFDO), ha realizado un estudio a raíz de la crisis del Covid-19 en España, a fin de realizar una radiografía fiel del sector en estos momentos tan complicados. De las encuestas, realizadas a más de 400 ortopedias y a medio centenar de empresas del sector, se extraen varias conclusiones:
En primer lugar, que el sector mantiene su actividad como servicio de primera necesidad, para asegurar la atención de pacientes urgentes, y a la vez evitar que otros muchos acudan a centros de salud y hospitales, en un momento en el que el sistema sanitario se encuentra al borde del colapso. En muchas ocasiones son personas mayores, con discapacidad o con movilidad reducida que dependen de la ortopedia para garantizar su autonomía y que forman parte de uno de los colectivos más vulnerables.
Asimismo, los ortopedas continúan acudiendo a los hospitales para atender in situ a pacientes ortoprotésicos y liberar de esta forma camas rápidamente. Todo ello, con el fin de descongestionar en la medida de lo posible los centros sanitarios.
Hay que tener en cuenta que los profesionales ortoprotésicos realizan un trabajo muy cercano al paciente y en muchos casos no cuentan con las protecciones necesarias frente al coronavirus, lo que les expone al contagio de esta enfermedad. Una situación que deriva del desabastecimiento general de mascarillas, guantes y batas desechables.
Pese a todo, desde que se decretó el estado de alarma, las ortopedias han extremado las precauciones reforzando las medidas de higiene, limitando el acceso a un paciente por establecimiento y posponiendo citas no urgentes para más adelante.
Servicio público
La actividad en las ortopedias ha disminuido drásticamente debido a las medidas de confinamiento. De media, se está atendiendo a tres pacientes al día en cada centro. A pesar de estar acumulando enormes pérdidas, el sector de la ortopedia, compuesto por pymes y autónomos en su mayoría, se resiste a cerrar por el bien de los pacientes y para garantizar su atención.
El presidente de la FEDOP, Pablo Pérez Aragundi, asume la situación como un deber. “Somos profesionales sanitarios y tenemos que atender a nuestros pacientes, no podemos dejarlos en la estacada. Hay que evitar una mayor saturación en los hospitales”, asegura. Además, el presidente pone un ejemplo para ilustrar la importancia del trabajo de los ortoprotésicos: “atender a un paciente ingresado que necesita un corsé para recibir el alta, supone una cama libre para un enfermo de coronavirus”, sentencia Aragundi.
En este sentido, desde la FEDOP afirman que la mayoría de sus asociados les han trasladado su voluntad de mantener sus ortopedias abiertas, en la medida de sus posibilidades. Y todo ello, destacan, haciendo un gran esfuerzo y bajo el compromiso de seguir prestando un servicio público que estiman imprescindible.
Algunos centros se han planteado solicitar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para afrontar esta crisis. Sin embargo, no les será fácil. El Gobierno les exige argumentar y documentar su situación, y todo hace indicar que no podrán acogerse a las medidas especiales aprobadas por el Ejecutivo para agilizar el cierre temporal.