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Uno de cada 10 europeos declara haber sufrido un día de discapacidad total en el último mes, tanto en actividades diarias cotidianas como laborales.
El dolor discapacitante afecta de forma determinante la vida cotidiana y laboral de los pacientes que lo sufren. Por ello, el abordaje que realizan los médicos en Atención Primaria, así como los especialistas en las Unidades del Dolor son clave para brindarles tratamientos y herramientas que les permitan tener una mejor calidad de vida.
Esta ha sido una de las conclusiones más relevantes del taller ´El reto del dolor discapacitante, cuando el paciente nos necesita´, celebrado durante el 2º Congreso Nacional Médico y Farmacéutico organizado por SEMERGEN y SEFAC en el Colegio de Médicos de Valencia, y que ha contado con la colaboración de Grünenthal.
Expertos en la materia han recordado que este tipo de dolencias repercuten además en la psique del paciente y, por tanto, es básico para que pueda recuperar su funcionalidad. “En muchos de los casos los enfermos no pueden moverse, tienen limitada su funcionalidad y esto genera una gran alteración de su estado de ánimo, repercutiendo no solo en el paciente sino en su entorno familiar”, ha puntualizado el Dr. Pedro Juan Ibor Vidal, médico de familia, coordinador del Grupo de Trabajo de Dolor de SEMERGEN y moderador del taller.
El Dr. Ibor ha hecho hincapié en la necesidad de desarrollar planes autonómicos “específicos” como los puestos en marcha en comunidades como Andalucía, Galicia, Castilla y León o Madrid y que persiguen “la mejora de la relación entre la Atención Primaria (AP) y las Unidades del Dolor”. De estas últimas, ha enfatizado, “basándose en la formación de los profesionales y añadiendo la multidisciplinariedad”. Es decir, la colaboración entre todos los agentes con unos circuitos y protocolos que buscan la optimización de los recursos.