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La inmunoterapia con anticuerpos que actúan bloqueando la proteína PD-1 ha supuesto un paso adelante frente al melanoma, cáncer de pulmón, de mama, tumores urológicos, ginecológicos, de cabeza y cuello y digestivos.
El Premio Nobel de Medicina 2018, Tasuku Honjo, ha recibido este lunes en Madrid el premio Fernández-Cruz y la medalla de académico de honor electo de la Real Academia Nacional de Medicina (RANME) por su papel en el desarrollo de la inmunoterapia, “uno de los más fascinantes avances médicos de nuestra moderna medicina”, en palabras del profesor Arturo Fernández-Cruz, presidente de la Fundación Fernández-Cruz y académico de honor de la RANME.
“La ciencia lleva más de 100 años en el intento de implicar al sistema inmune en la lucha contra el cáncer y la inmunoterapia ha conseguido ese objetivo”, explica el profesor Fernández-Cruz para referirse a la importancia de este avance, “el más importante de los últimos años en el tratamiento del cáncer”. La visita ha contado con el patrocinio de MSD y Bristol-Myers Squibb.
Uno de los principales responsables de este “cambio de paradigma” ha sido el inmunólogo japonés Tasuku Honjo (Kioto, Japón, 1942), distinguido en 2018 con el premio Nobel de Medicina y Fisiología por sus hallazgos, junto con el estadounidense James P. Allison. El profesor Honjo ha visitado España para recibir el premio Fernández-Cruz y la medalla de académico de honor electo de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM).
Los estudios del profesor Honjo, considerado uno de los padres del tratamiento inmunoterápico, han hecho posible el desarrollo de medicamentos oncológicos capaces de despertar a las defensas del propio organismo para que nuestras propias células defensivas ataquen al tumor.
El profesor Honjo ha impartido una conferencia en el marco del Landmark Symposium “La nueva inmunoterapia: un cambio de paradigma. Oportunidades de aplicación a la práctica clínica diaria”. En su intervención, ha destacado el papel que tienen los inhibidores de los mecanismos de regulación inmunológicos que ha permitido el nacimiento de una nueva estrategia de tratamiento del cáncer que es la inmunoterapia.
Como explica el profesor Fernández-Cruz, “nuestras células están programadas para ser reparadas de forma continuada por genes encargados de reeditar las posibles alteraciones en el alfabeto de nuestro libro de la vida. Sin embargo, el sistema inmunitario posee un programa alternativo encargado de hacer vigilancia de la entrada en nuestro organismo de material no reconocible como propio, como bacterias virus entre otros para eliminarlos”.
Entre esas herramientas defensivas destaca el papel de los linfocitos T citotóxicos y las células asesinas NK que se encargan de eliminar estas amenazas. El organismo es además capaz de memorizar esta actividad en lo que se ha venido en denominar inmunidad adquirida. El profesor Tasuku Honjo considera, según sus palabras, que “los humanos somos muy afortunados al poseer este mecanismo de defensa que ha permitido desarrollar la posibilidad no solo de tratar el cáncer, sino de curarlo”.
El papel de los estudios de Honjo ha sido fundamental en la identificación de la proteína 1 de muerte celular programada (PD-1) y su ligando (PD-L1) que controlan el sistema inmune como un interruptor; activando o inhibiendo las células de nuestro sistema inmunológico de manera que son incapaces de reconocer al tumor como extraño y eliminarlo.
En la actualidad, la inmunoterapia que actúa sobre esta proteína cuenta con una creciente y prometedora aplicación en la práctica clínica, que abarca el melanoma, cáncer de pulmón, de mama, tumores urológicos, ginecológicos, de cabeza-cuello y digestivos. Estos hallazgos, le valieron en 2018 el premio Nobel de Medicina junto al estadounidense James P. Allison.
Tasuku Honjo estudió Medicina en la Universidad de Kioto y realizó allí su doctorado en 1975. Durante la década de 1970 también trabajó en los Estados Unidos en la Carnegie Institution (Washington, DC), y en los Institutos Nacionales de Salud de Bethesda (Maryland). En Japón ha trabajado en la Universidad de Tokio, la Universidad de Osaka y la Universidad de Kioto, donde ha sido profesor desde 1984.