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El objetivo es aportar soluciones al reto que supone el envejecimiento de la población unido al incremento de la longevidad, la cronicidad y la pluripatología.
El Ayuntamiento de Barcelona apostó este martes por las ‘supermanzanas sociales’, un modelo de atención basado en la proximidad que permite mayor adaptación en la atención domiciliaria a personas dependientes.
Así lo manifestó el director de Innovación Social del área de Derechos Sociales, Justicia Global, Feminismos y LGTBI del Ayuntamiento de Barcelona, Luis Torrens, en la sesión sobre atención domiciliaria en el marco del VII Congreso Internacional Dependencia y Calidad de Vida, organizando por Fundación Edad&Vida, y que se está celebrando estos días en Barcelona
Este proyecto piloto, creado por el Ayuntamiento de la ciudad Condal, implica la creación de equipos de entre 10 y 15 profesionales que atienden entre 45 y 90 usuarios del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) residentes en una pequeña zona de la ciudad. Inspirado en el modelo de Buurtzorg -una organización holandesa de servicios sanitarios domiciliarios-, este proyecto permite mejorar la continuidad, proximidad y personalización de la atención.
Según Torrens, el modelo actual de provisión de los Servicios de Atención Domiciliaria (SAD) muestra “signos de agotamiento” y por eso “este nuevo proyecto pretende mejorar la calidad del SAD, las condiciones de trabajo de sus profesionales y alcanzar su sostenibilidad social y económica”.
La sesión, presidida por Cristina Segura, directora del Área de Personas Mayores de la Fundación Bancaria ‘la Caixa’ y moderada por Joan Carles Contel, del departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, contó también con la participación de Tazim Virani, directora en SE Global en Saint Elizabeth Health Care en Ontario, Canadá y Astrid Lindström, consultora de política social de la Universidad de Estocolmo.
Ejemplos canadienses y nórdicos en la atención domiciliaria
Astrid Lindström, consultora de política social de la Universidad de Estocolmo, habló del presente y futuro de la atención domiciliaria en los países nórdicos. Durante su intervención, destacó el alto nivel de descentralización del modelo nórdico de Atención a Domicilio, tomando como ejemplos los modelos de Suecia y Dinamarca.
Así, explicó cómo el modelo nórdico de bienestar y de atención a las personas, conocido como ‘Nordic Care Regime’, se caracteriza por su orientación universal, responsabilidad pública y atención en la comunidad. Lindström también explicó cómo la coordinación de los servicios de salud y sociales se resuelve preferentemente mediante acuerdos entre regiones y municipios en base a programas, registros nacionales de calidad, protocolos de atención por grupos de población (‘chains of care’).
Por su parte, Tazim Virani, directora en SE Global en Saint Elizabeth Health Care en Ontario, detalló la experiencia de atención domiciliaria canadiense, donde las competencias regionales de salud adquieren un papel altamente relevante. Pese a los avances conseguidos, Virani recordó los retos a los que se enfrenta la atención domiciliaria en Canadá para que esta sea efectiva e integral: proporcionar atención en situaciones agudas, establecer cuidados asistenciales a largo plazo, mantener a las personas fuera de los hospitales, identificar y evaluar las patologías en fases tempranas y crear estrategias de prevención.