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Durante el 34º Congreso de la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE) en Santiago de Compostela tuvo lugar la mesa redonda sobre Trastorno del comportamiento alimentario, moderada por la Dra. Carmen Gómez Candela, coordinadora del Grupo de Trabajo “Trastornos de la conducta alimentaria (TCA)" de SENPE.
Los trastornos de la conducta alimentaria son comportamientos que revisten mucha gravedad en relación a la alimentación, ya que ponen en riesgo la salud de las personas. En palabras de la coordinadora, “hay tres grandes grupos: la anorexia nerviosa que generalmente cursan con desnutrición porque tienen miedo a engordar, aún estando desnutridos se ven gordos y eso les condiciona una enorme dificultad para alimentarse. En el segundo grupo encontraríamos la bulimia nerviosa. Mujeres más mayores donde lo que hay es una incapacidad para controlar la alimentación y atracones y la culpabilidad que sienten les conduce a provocarse vómitos, tomar medicamentos y poner en peligro su vida. El tercer cuadro lo conforma el trastorno por atracón, donde simplemente en vez de comer con normalidad comen con atracones, se ve mucho en el contexto de la obesidad. El perfil suele ser de un mujer mayor, deprimida con poca autoestima y están dentro de los programas de obesidad, pero habría sacar a este tipo de paciente y pasarles a los programas de TCA”.
En palabras de la coordinadora, “los trastornos de conducta alimentaria se pueden prevenir y es clave la importancia del abordaje multidisciplinar en estos casos”. Por este motivo en la mesa estaban presentes Susana Sánchez Alonso, Especialista en Medicina Intensiva del Hospital Ramón y Cajal de Madrid; Samara Palma Milla, Especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital La Paz de Madrid; Marlhyn Valero Pérez, Dietista-Nutricionista de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz de Madrid, Jesús Pérez Hornero, Psicólogo clínico del Hospital de Conxo y Cristina Cuesta Grueso, Facultativo Especialista en Farmacia Hospitalaria Hospital de Denia Marina Salud.
En relación al caso clínico elegido, la coordinadora ha comentado que ha sido seleccionado porque daba a una reflexión sobre dos cuestiones: muchos de los pacientes con TCA, tan descentrados socialmente tienen conductas adictivas y el consumo de alcohol es mucho más frecuente de lo que se piensa, por lo que encajaba bien. Además, es un caso que evoluciona crónico en el tiempo y hay que ver que lo que es normal para un caso de una chica joven de reciente diagnóstico, en este caso era diferente. En concreto, se trataba de un hombre con anorexia nerviosa, desmintiendo la creencia de que sólo la padecen mujeres.
Según explica la Dra. Carmen Gómez Candela, “durante el transcurso del análisis del caso clínico los diferentes profesionales realizaron las valoraciones nutricionales y psicológicas pertinentes del paciente, el farmacéutico revisó el tratamiento, la intensivista tuvo en cuenta un aspecto muy frecuente y muy olvidado como es la bajada de sodio, por lo problemas que tienen con el consumo de líquidos y de agua”. Aclarando que “ese abordaje es muy interesante porque en sí mismo repercute sobre el comportamiento del paciente y es una complicación aguda, la más conocida es la hipopotasemia, pero esta es menos conocida”.
Para finalizar, este Grupo de Trabajo defiende y reclama que las administraciones públicas entiendan que se trata de una enfermedad psiquiátrica y nutricional y que el diagnóstico de desnutrición requiere un soporte de nutrición y no tiene fundamento que en estos casos porque el diagnóstico que va acompañado a la desnutrición sea anorexia no financien los suplementos. “Es como si a un paciente con insuficiencia respiratoria le quitáramos el oxígeno y no se lo financiáramos”, afirma la Dra. Carmen Gómez Candela.