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Este tema se debatió durante la mesa ‘La soledad, la exclusión más terrible’, organizada por el CERMI y celebrada en la sede de Servimedia de Torre Ilunion.
El vocal asesor del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), Fernando Vicente Fuentes, ha apuntado como claves relevantes de la futura estrategia nacional contra la soledad la discapacidad, la perspectiva de género y el entorno rural, puesto que son tres elementos que incrementan las posibilidades de sufrir este problema.
Así lo ha avanzado el representante del IMSERSO durante la mesa ‘La soledad, la exclusión más terrible’, organizada por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) y celebrada en la sede de Servimedia de Torre ILUNION.
Este encuentro, moderado por el director de la publicación ‘Cermi.es semanal’, José Manuel González Huesa, ha contado también con la participación del responsable de Innovación Social de Fundación ONCE, Javier Albor; la presidenta de la Federación Madrileña de Enfermedades Neurológicas, Maite Gallego; la mediadora del servicio de videoasistencia y acompañamiento para personas mayores de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), Susana Obiang; el diputado del PP Paco Vañó, y la presidenta de la Sección de Unidad Progresista de Pensionistas de la ONCE (SUPPO), Manuela Carrión.
Desde el IMSERSO, se ha señalado que la soledad siempre “ha preocupado y ocupado” dentro del organismo y que ahora están trabajando en un proyecto de estrategia estatal para combatirla. “En diciembre del año pasado se aprobó una proposición no de ley que planteaba al gobierno la necesidad de establecer una estrategia nacional de la soledad”, ha recordado. El representante del IMSERSO ha afirmado que “va a ser uno de los ejes más importantes de trabajo para este organismo para los próximos meses”.
Paco Vañó ha apuntado que “la estrategia nacional no va a solucionar todo, pero está claro que es un primer paso para avanzar en la buena dirección”, porque “la soledad hace más vulnerable a quien la sufre”, lo que en su opinión aumenta el riesgo de sufrir diferentes tipos de violencias y abusos. “Es muy importante que nos planteemos este tema y lo pongamos encima de la mesa, porque para afrontar un problema, lo primero es ser conscientes de que existe”, ha añadido.
Por su parte, el responsable de Innovación Social de Fundación ONCE ha explicado que desde esta entidad, cuando se empezaron a interesar por la soledad, “era, entre otras cosas, para ver si era un problema exclusivo de personas mayores, o si hay que poner el acento también en otro tipo de personas como es el grupo social de las personas con discapacidad”. Según ha expuesto, “muchas personas con discapacidad en edad laboral también se sienten solas”.
Como una de las causas más relevantes de la soledad en personas con discapacidad, ha resaltado el hecho de que en torno al 40% de las personas con discapacidad, sobre todo mayores, no pueden residir en su entorno habitual. En su opinión, “las relaciones humanas se están mercantilizando excesivamente”, mientras que antes había un mayor contacto y relación de ayuda entre vecinos. A su juicio, no se pueden descuidar cuestiones como el acceso al ocio o la accesibilidad universal, y no solo de entornos físicos, sino también atendiendo a las barreras de comunicación.
En este punto, Susana Obiang ha comentado que las personas sordas signantes que residen en centros residenciales y cuyos profesionales no conocen la lengua de signos, “ven cómo la soledad aumenta porque tienen un mayor aislamiento. Lo mismo sucede cuando la gente reside en casa y tienen atención domiciliaria”, lo que además, puede generar casos de “abusos administrativos y verbales”. Por ello, ha hecho un llamamiento para que se mejore la formación y los profesionales de los servicios sociosanitarios “conozcan un mínimo de la lengua de signos”.
Por otro lado, la presidenta de Femaden ha introducido en el debate la perspectiva de género como componente de la soledad. “Me llama mucho la atención, sin hablar de discapacidad, que el 71 por ciento de las personas mayores de 65 años que están solas o se sienten solas son mujeres. Seguro que se pueden extrapolar los datos a las personas con discapacidad”, ha indicado.
La presidenta de SUPPO ha subrayado que la mayoría de personas mayores que están solas son mujeres y ha alertado de que las barreras arquitectónicas que siguen existiendo en los edificios de viviendas incrementan las posibilidades de que una persona mayor y con discapacidad caiga en la soledad. “Más de un millón de personas viven atrapadas en su casa por no poder entrar y salir libremente, y tenemos que lanzar un SOS en pro de estas personas que nos necesitan”.