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El acto de entrega de las acreditaciones de CEOMA ha contado con la asistencia de la Consejera de Bienestar Social del Cabildo de Lanzarote y los Alcaldes de Tías y de Haría.
Las residencias para personas mayores Amavir Tías y Amavir Haría, dependientes del Cabildo de Lanzarote y gestionadas por la compañía Amavir, han recibido el miércoles 19 de septiembre la acreditación como “centros libres de sujeciones”, otorgada por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA). Son los primeros centros de Lanzarote en obtener este importante reconocimiento, que en toda Canarias sólo tienen otras tres residencias (dos en Tenerife y una en Gran Canaria).
El acto de entrega, celebrado en la residencia Amavir Haría, ha contado con la asistencia de la Consejera de Bienestar Social del Cabildo de Lanzarote, Maite Corujo, los Alcaldes de Tías y de Haría, José Francisco Hernández y Marci Acuña, respectivamente, el Director Técnico del programa “Desatar” de CEOMA, Antonio Burgueño, y la Directora General Adjunta de Amavir, Lourdes Rivera.
La acreditación como “centros libres de sujeciones” se consigue tras tres años trabajando en el marco del programa “Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer” de CEOMA, y certifica que en estos centros se trabaja sin ninguna sujeción física o farmacológica que limite a sus residentes.
Históricamente, España ha sido uno de los países con mayor porcentaje de uso de sujeciones en residencias de mayores. Se ha instalado la creencia de que estas sujeciones aportan mayor seguridad y que contribuyen a evitar caídas, pero las evidencias muestran que esta creencia es errónea y que no se tienen en cuenta los riesgos que conllevan las sujeciones para la calidad de vida y dignidad de las personas mayores y los beneficios físicos y psicológicos que les reporta su retirada.
Eso es lo que ha podido comprobarse en las residencias Amavir durante el tiempo que llevan sin aplicar sujeciones. Para el desarrollo de este programa, se han llevado a cabo tareas de formación y concienciación tanto de profesionales como de familiares, que comenzaron con un diagnóstico de situación y un análisis pormenorizado, caso a caso, de todos los residentes que tenían sujeciones y propuesta de alternativas. Además, este reto ha implicado también la adecuación de los entornos de las residencias y la adquisición de materiales (como camas ultrabajas, sillones especiales, colchonetas…) para poder trabajar en función de las características que requiere cada usuario.