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La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que esta dieta se asocia a una menor tasa de mortalidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha constatado en su informe de mayo 2018 los múltiples beneficios para la salud de la dieta mediterránea, considerada como una de las más saludables del mundo. En concreto, la OMS señala que la dieta mediterránea está directamente asociada con una menor tasa de mortalidad, gracias a sus efectos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, enfermedades cognitivas, la diabetes tipo 2 y cáncer, entre otros.
Caracterizada por la abundancia de alimentos vegetales, el empleo de aceite de oliva como fuente principal de grasa, el consumo moderado de pescado, marisco, aves de corral, productos lácteos y huevos; el consumo de pequeñas cantidades de carnes rojas y aportes diarios de vino, consumido generalmente con las comidas, la dieta mediterránea es mucho más que una forma de comer. Diversos expertos invitan a adoptarla como modelo de vida saludable, hasta tal punto que en 2010 la UNESCO la declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad “por ser un elemento cultural que propicia la interacción social”.
En concreto, el vino, considerado un alimento tal y como expresa la Ley 24/2003 del 10 de junio de la viña y el vino, forma parte de este patrón alimentario y es una de las piezas claves. Además, según Isabel Bertomeu, nutricionista de la Fundación Dieta Mediterránea: "El vino forma parte de la identidad mediterránea, actúa por sí mismo como protector ante enfermedades coronarias” y añade: “el papel del vino se estudia a partir de “la paradoja francesa”. En el estudio MONICA de los años 1980 se comprobó que la mortalidad en Francia era menor que los países nórdicos, igual que la observada en otros países mediterráneos como España o Italia, a pesar de consumir un alto contenido en grasa saturada (lácteos y derivados). El consumo de vino en Francia contrarrestaría los efectos perjudiciales del consumo de grasa saturada (mantequilla…). Se llegó a la conclusión de que el vino tendría un importante efecto protector cardiovascular.”
Para seguir correctamente la dieta mediterránea, se ha establecido un decálogo/pirámide en el que se incorporan elementos cualitativos y cuantitativos respecto a la selección de alimentos. En la base, aquellos que sustentan la dieta y, en los estratos superiores, aquellos que se deben consumir con un control como sería el vino. En este aspecto el sector vitícola siempre ha sido consciente de su responsabilidad con la sociedad y ha abogado por un consumo moderado. Recientemente la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) presentó su Código de Comunicación Comercial que regula este aspecto.
Decálogo de la Dieta Mediterránea