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Una trabajadora de Amavir Coslada expuso las conclusiones obtenidas del estudio de investigación en el que participa junto a Imidra y la Dirección General del Mayor de la Comunidad de Madrid.
Teresa Durán, animadora sociocultural de la residencia de mayores Amavir Coslada (Madrid), ha participado como ponente en el Congreso Europeo EUSEA (European Science Engagement Association) 2018, que se ha celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Esta participación se enmarca en su pertenencia al grupo de investigación liderado por Cristina de Lorenzo, investigadora del Instituto para la Investigación y la Agricultura de la Comunidad de Madrid (Imidra) y en el que participa también la Dirección General del Mayor de la Comunidad.
A lo largo de la exposición se presentaron los resultados obtenidos de la investigación realizada sobre alimentación de mayores en residencias, bajo el título ´Agrifood Science for the Elderly´. El proyecto está basado en las actividades realizadas en Imidra, cuyo fundamento consiste en trasladar los trabajos de la granja a la mesa y en actividades de las que resulta un medioambiente conservado y protegido.
Durante la primera fase, se realizó una exposición itinerante de fotografías que acercaron el campo y la naturaleza al interior del Metro de Madrid. El contraste entre el subterráneo y la naturaleza resultó muy llamativo a los espectadores, por lo que se sopesó la idea de llevar esta misma experiencia a hospitales y residencias de mayores.
Tras el éxito cosechado, se inicia la segunda parte del proyecto dentro de los centros de mayores, concretamente en la residencia Amavir Coslada, que consistió en dar a probar a los residentes productos de los huertos, para estimular a los mayores y fomentar su interés por la comida y la naturaleza. Posteriormente, se crearon huertos en residencia para contribuir también a la realización de actividades al aire libre.
Los mayores de Amavir Coslada participaron en este innovador estudio que vincula el bienestar y el estado de ánimo de los mayores a la comida, haciendo referencia al estado subjetivo del individuo y en sus dimensiones emocional, física, intelectual y espiritual.
Según Teresa Durán, “el bienestar que provoca la comida en esta etapa a una generación que, en su mayoría, vivió la escasez y la penuria, es fundamental y comparable a una asistencia médica continuada y que dé respuesta a los achaques, dos puntos que deben estar cubiertos y ser de calidad para que no incurran en enfado, sensación de desatención y malestar. Lo que he aprendido de los más mayores es que hay que disfrutar comiendo, sintiendo, saborear despacio, que cuando uno pierde determinadas capacidades, la de disfrutar comiendo se mantiene. Ellos necesitan poder elegir para mantener su autonomía, cognición y sentimiento de valor y empoderamiento en su opinión”.