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El catarro o resfriado común es una de las enfermedades más frecuentes en nuestro entorno. Aunque la mayoría de los catarros son leves y se resuelven en un periodo corto de tiempo, representan una de las causas principales de consultas médicas.
Una amplia variedad de virus (aproximadamente 200 diferentes) son los causantes de los catarros que sufrimos cada invierno. “La mayoría de los virus provocan un único cuadro catarral, pero debido al gran número de virus causantes, podemos padecer múltiples cuadros catarrales a lo largo de nuestra vida. La mayoría de los adultos padecen dos o tres al año como media”, explica el doctor José Antonio López Trigo, geriatra y presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
Los síntomas del catarro son conocidos por todos, la congestión nasal, la rinorrea o excesiva producción y emisión de moco por la nariz y los estornudos se vuelven presentes cuando nos contagiamos de un catarro. Pero, también son frecuentes el dolor de garganta, la tos y el malestar general. En cambio, es rara la aparición de fiebre en los adultos. Además, según explica López Trigo, “algunos factores pueden agravar un catarro como son algunas enfermedades crónicas, las inmunodeficiencia, la malnutrición y el tabaquismo”.
“No existe un tratamiento específico para el catarro y los tratamientos disponibles van dirigidos sólo a aliviar los síntomas motivados por el cuadro vírico, pero no acortan su duración ni constituyen una cura efectiva para el mismo”, añade el doctor. Además, “los antibióticos no son útiles en el tratamiento del catarro o resfriado común y sólo deben ser utilizados en enfermedades causadas por bacterias, pero son totalmente ineficaces contra los virus”, continúa.
Los climas fríos o la exposición a corrientes de aire frío no generan catarros, al contrario de la creencia habitual. Los mecanismos de transmisión de un catarro son los siguientes:
La duración del cuadro catarral y de los síntomas suele ser de siete días, con algún síntoma persistente hasta dos semanas (en el 25 por ciento de los pacientes). Sin embargo, existen una serie de síntomas cuya persistencia o no mejoría después de ese tiempo, debe constituir una señal de alarma ante una posible complicación del cuadro catarral (sinusitis, bronquitis o neumonía, agudización de cuadros asmáticos, otitis del oído medio).
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología recomienda consultar con el médico ante los siguientes síntomas:
¿Cómo prevenir?
Existen algunas medidas que han demostrado que son capaces de prevenir la aparición de catarros, llevarlas acabo en estaciones propicias para sufrir catarros, como es el invierno, resulta fundamental, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología es recomendable:
Diferenciarlo de la gripe
Aunque existe cierta confusión al respecto el catarro y la gripe son enfermedades diferentes. La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología recuerda que la gripe está causada por el virus influenza, es estacional y existe una vacuna anual, que no es efectiva en el caso del catarro o resfriado común. Aún así, a veces pueden confundirse ambos cuadros, sobre todo en las fases iniciales. En la siguiente tabla podemos observar las diferencias entre ambos.
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CATARRO |
GRIPE |
SÍNTOMAS |
|
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Fiebre. |
Rara. |
Frecuente, dura 3 ó 4 días. |
Cefalea. |
Rara. |
Frecuente. |
Dolor generalizado, mialgias. |
Leves o ausentes. |
Frecuentes. |
Debilidad. |
A veces. |
Frecuente (hasta 2-3 semanas). |
Agotamiento. |
Raro. |
Muy frecuente (sobre todo al inicio). |
Rinorrea. |
Frecuente. |
A veces. |
Estornudos. |
Frecuente. |
A veces. |
Dolor de garganta. |
Frecuente. |
A veces. |
Tos, malestar en el pecho. |
Leve a moderado |
Frecuente, puede ser severo. |