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La pasada temporada 2014-2015, la cobertura vacunal de los mayores de 65 años se situó en el 56,2 por ciento, lo que confirma la tendencia descendente que se lleva produciendo desde 2009.
La gripe es una de las causas más importantes de morbimortalidad de las personas mayores de 60 años, ya que directa o indirectamente, esta infección causa un aumento del riesgo de complicaciones y de hospitalizaciones más frecuentes y prolongadas. Solo en España se producen entre 1.400 y 4.000 muertes al año causadas por la gripe y sus complicaciones.
Por ello, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología lanza, un año más, un mensaje de concienciación sobre la importancia de la vacunación frente a la gripe entre los mayores de 60 años, pero también entre el personal sanitario y los trabajadores al cuidado de los mayores y personas que conviven con estos.
Cada vez menos vacunados
A pesar de la eficacia de la vacuna antigripal, la cobertura de vacunación entre los mayores de 65 años está en notable retroceso en los últimos años. Según datos estadísticos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en la temporada 2014-2015 se vacunó el 56,2% de los mayores de 65 años, cifra similar a la temporada 2013-2014 que se situó en el 56,4%, pero se confirma una tendencia descendente desde la temporada 2009-2010 donde se alcanzó el 65,7%, muy lejos de la temporada 2005-2006 donde se alcanzó el 70,1% de la población mayor de 65 años.
El Grupo de Vacunas de la SEGG insiste en que las vacunas son seguras, eficaces y proporcionan beneficios no solo personales, sino también comunitarios. De hecho, la vacuna de la gripe reduce la hospitalización de personas mayores en más de un 30 por ciento y la mortalidad por todas sus causas en un 50 por ciento.
La edad, factor de riesgo añadido
La edad avanzada supone en sí misma un importante factor de riesgo añadido en la enfermedad gripal, incluso sin existir otras afecciones subyacentes. Esto es debido al declive de la inmunidad celular. Si a esto le unimos que con la edad hay mayor incidencia de otras condiciones de carácter crónico, entendemos que las muertes por gripe se incrementan con la edad.
“La gripe puede causar neumonías, bronquitis, otitis y sinusitis y puede suponer un riesgo para la vida de las personas mayores y grupos con patología crónica y factores de riesgo” explica el Dr. José Antonio López Trigo, presidente de la SEGG.
Por eso, el Grupo de Vacunas de la SEGG recomienda la vacunación de la gripe a todas las personas mayores de 60 años, pero también a las personas menores de 60 años que padezcan alguna enfermedad crónica como enfermedades cardiovasculares o pulmonares, entre otras, enfermedades hepáticas o renales crónicas, metabolopatías crónicas, enfermedades crónicas sanguíneas, neuropatías crónicas, inmunodeprimidos y mujeres embarazadas, así como trabajadores sanitarios y cuidadores que están en contacto con los mayores.
Además de la gripe, el Grupo de Vacunas de la SEGG recomienda la vacunación sistemática de todos los adultos mayores de 60 contra el neumococo y el herpes zóster.
Neumococo
La enfermedad neumocócica es un importante problema de salud pública principalmente en la población de edad avanzada, ya que induce a una amplia gama de patologías, como la neumonía, la meningitis y la septicemia. En concreto, en pacientes de edad avanzada, la tasa de mortalidad está entre un 20 y un 40 por ciento.
El neumococo es el responsable de hasta el 50 por ciento de las neumonías extrahospitalarias adquiridas por adultos y hasta el 36 por ciento de las neumonías que requieren hospitalización. Por eso, el Grupo de Vacunas de la SEGG recomienda que en el mismo acto de la vacunación antigripal se administre también la vacuna contra el neumococo a todas las personas mayores de 60 años, así como a aquellos grupos de riesgo (inmunodeprimidos) al cumplir los 60 años y que previamente se vacunaron hace más de cinco años.
Herpes zóster
El herpes zóster proviene del virus de la varicela que, tras quedar acantonado en los ganglios sensoriales, espera el momento en el que un descenso de la inmunidad celular desencadene la reactivación del virus que provoca la característica “culebrilla” que, en pacientes inmunodeprimidos, la infección se puede extender y producir enfermedad sistémica, envolviendo varios órganos y múltiples dermatomas, dando lugar al llamado zóster diseminado.
Aunque el herpes zóster raramente provoca la muerte de los pacientes inmunocompetentes, “su vacunación mejora enormemente el bienestar de las personas mayores, ya que el herpes zóster provoca mucho dolor y puede, incluso, cronificarse, durar años y además, es de difícil tratamiento”, explica el Dr. López Trigo.
Toda la información relativa a la vacunación de los mayores de 60 años puedes encontrarla en el documento “Recomendaciones de vacunación para adultos y mayores 2015-2016” elaborado por el Grupo de Vacunas de la SEGG.