9 de mayo, 2016
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Entrevista a Luis Mosquera Madera, Presidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria.

Desde el año 2006, Luis Mosquera es presidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria. Posee varias titulaciones, como Ingeniero Superior Industrial por la Universidad de Oviedo, diplomado en Organización Industrial y Administración de Empresas por la misma universidad, así como también Diplomado en Bioingeniería por la Universidad Complutense de Madrid y Master en Planificación y Diseño de Centros Sanitarios por la Universitat Oberta de Catalunya. Mosquera lleva vinculado al sector sanitario desde 1997, año en que asume la Jefatura del Servicio de Ingeniería del Complejo Hospitalario de Salamanca. Actualmente desempeña su actividad profesional como subdirector de Gestión del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid. Además de su labor como presidente de la AEIH, Mosquera participa habitualmente en cursos y seminarios nacionales e internacionales tanto de docente como discente; y es autor de varios artículos relacionados con la ingeniería sanitaria.

¿Cuándo nació la asociación y cuáles son sus objetivos?
La AEIH es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el objetivo común de “la divulgación de los conocimientos Técnicos y Científicos entre la Comunidad de Profesionales de la Ingeniería y Arquitectura sanitarias, responsables de proveer los mejores Servicios Sanitarios a la Sociedad”
La Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria comenzó su actividad en 1987 y se financia exclusivamente por las cuotas de sus Afiliados, del producto de sus publicaciones y de la organización de eventos tales como un congreso anual y varias jornadas técnicas, principales recursos de la Asociación para la divulgación del conocimiento entre todos los profesionales del Sector. Está constituida en la actualidad por 580 miembros asociados de un ámbito nacional. El perfil de los socios varía desde directivos y técnicos de hospitales públicos y privados, como de miembros de empresas e industria con los mismos perfiles.
La AEIH es un referente en lo que se refiere a diseño, organización, y estructura de los sistemas sanitarios; todo ello imbricado con la gestión económica, la ingeniería, la arquitectura y el diseño, la sostenibilidad y en general todo el conocimiento técnico que soporta el acto de asistencia sanitaria.

¿En qué punto se encuentra España en ingeniería hospitalaria en relación a su entorno, la Unión Europea?
El avance de la tecnología en los últimos 50 años, especialmente en el ámbito de la salud, ha sido tal, que la lista de atribuciones de lo que se constituye hoy como ingeniería sanitaria sea difícil de abarcar.
La ingeniería sanitaria puede aportar su espectro de conocimiento para la mejora de la gobernanza del sistema sanitario que va más allá de su implicación, siendo esta importante, en el control de la infraestructura y la tecnología sino que se centra en la adopción de modelos de gestión y de nuevos conocimiento tecnológicos cercanos a los criterios de diseño que imperan en los procesos de organización de la producción, tan presentes en la ingeniería, basados en la aplicación de modelos más coste-efectivos.
La Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria esta presente en los foros internacionales como miembro de pleno derecho en la asociación internacional de ingeniería hospitalaria, IFHE (International Federation of Hospital Engineering). En la relación con nuestros colegas podemos afirmar que la posición de la Ingeniería Sanitaria en España está al mismo nivel que en el resto de Europa y del mundo.

¿Queda mucho por hacer en este campo?
Sí creo que queda bastante que hacer en lo referente a colocar a la Ingeniería Hospitalaria en su justo lugar y hacerla más visible para el conjunto de la sociedad. En cada acto asistencial en un hospital el ciudadano, paciente o no, reconoce de forma inmediata la acción de su médico y enfermero, pero desconoce el complejo entramado que hace posible esa atención sanitaria, desde cosas tan banales como las condiciones de confort ambiental en la consulta hasta el funcionamiento del último y más complejo sistema de terapia por radiación. En todos y cada uno de los servicios y elementos de soporte está presente la Ingeniería Hospitalaria, sin su acción la atención sanitaria no sería posible, máxime ahora con la cada vez mayor tecnificación de la misma.

Del 14 al 16 de octubre se celebró en Granada el XXXIII Seminario de Ingeniería Hospitalaria. ¿Cómo se desarrolló este congreso?
Sin duda podemos catalogarlo como un éxito más, tanto en lo referente a la participación como al contenido científico. Más de 750 congresistas, más de 50 firmas expositoras y unas 100 no expositoras. Continuamos, de hecho, con la línea marcada en Congresos anteriores como el de Pamplona o Badajoz, y confirma el Congreso Nacional de Ingeniería Hospitalaria, que organiza la AEIH, como el evento más importante en nuestro sector.
El formato, que incluye una intensa actividad científica, junto con una nutrida exposición comercial y actividades sociales, fomenta la relación intima entre todos los actores que intervienen en los múltiples sectores de la ingeniería sanitaria, desde las empresas de alta tecnología hasta los directivos de los hospitales, pasando por las grandes constructoras, ingenierías y empresas prestatarias de servicios.

El lema de este año era ‘Energía y hospitales’. ¿A qué conclusiones llegaron en el seminario?
En este año, en que ha tenido lugar la Conferencia de Paris sobre el cambio climático, el leitmotiv del Congreso resulta de lo más oportuno. Los hospitales, por la especial actividad que se desarrolla en su interior, son grandes consumidores de energía dentro del sector servicios, no en vano, todos los centros sanitarios de Europa consumen un tercio de toda la energía de los edificios, sin considerar las viviendas particulares. Este gran consumo obliga a que el mismo se produzca de forma responsable y sostenible, pero a la vez con los pluses de seguridad que requiere el hecho de estar usando la energía para el desarrollo de una actividad asistencial. Combinar ambos criterios, seguridad y disponibilidad con eficacia y ahorro energético, conforman una complicada ecuación cuya resolución atañe de forma directa a los responsables de ingeniería de los centros sanitarios.

La energía es uno de los puntos más importantes de toda industria. ¿También supone un coste excesivo en el sector de la salud?
Por supuesto, aunque habría que matizar esta respuesta. Los hospitales y los centros sanitarios son grandes consumidores de energía, esto es indudable, uno sólo de los grandes hospitales del país puede llegar a consumir al año, en función de su mix energético, unos 45 gigavatios-hora de energía eléctrica (lo que consumen 13.000 viviendas) y 50 gigavatios-hora de energía térmica (lo que consumen 5.000 viviendas), con un gasto aproximado de 10 millones de euros. Las cifras son enormes y sin embargo este gasto no suele suponer más de un 2% del presupuesto global del hospital. Siendo el gasto energético muy importante, sin embargo, se diluye frente a otros gastos en que incurrimos en la atención sanitaria, tales como los costes de personal o la farmacia. En cualquier caso, las cifras obligan a que en los centros sanitarios se realice un consumo eficiente de la energía.

¿En qué aspectos se puede mejorar para que los hospitales y geriátricos puedan ser más sostenibles energéticamente?
Como siempre las soluciones sencillas suelen ser las más eficientes. La presión normativa y la tecnología nos condiciona a poner elementos de ahorro energético de dudoso rendimiento y más dudoso mantenimiento y rentabilidad: paneles solares, complejos sistemas de control, complejas redes de agua, etc. Los dos principios básicos de la termodinámica definen claramente que no consumir es siempre lo más eficiente. Por tanto, más que medidas complejas, habría que incidir sobre soluciones más estructurales, que parten de la propia definición de los edificios sanitarios, empezando por construir estrictamente la superficie necesaria para la prestación de la actividad asistencial. Todos hemos notado en los últimos tiempos una cierta burbuja inflacionista también en la construcción de hospitales, donde las soluciones arquitectónicas competían por ser las más audaces y las más grandes. Un derroche de metros cuadrados que, a la postre, nos lleva a un gasto excesivo de soporte y mantenimiento.
Acciones sobre la evolvente de los edificios o el control horario de la climatización y la iluminación son acciones sencillas que producen grandes ahorros.

¿Cuántos centros sanitarios en España cuentan con sostenibilidad energética?
Creo que esta pregunta habría que desdoblarla en dos. Todos o casi todos los centros sanitarios del país cuentan con medidas o acciones de sostenibilidad energética como algo necesario, tanto por una política de reducción de costes, ya hemos visto antes las grandes cantidades de consumo, como por una política de concienciación y responsabilidad social. También la normativa obliga a la asunción de estas medidas, con lo cual es difícil que nadie se escape de esta corriente general.
Otra cuestión es quien ha acreditado estas políticas energéticas mediante alguna de las distintas certificaciones medioambientales existentes: desde la 14001 hasta LEED, BREEAM, etc. En este punto habría que decir que vamos un poco más retrasados y existen muy pocos centros con estos sellos de calidad.

Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria
www.aeih.org

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